Didier Raoult, el virólogo defensor de la cloroquina que se convirtió en «héroe antisistema» en Francia
El profesional ha dado que hablar el último tiempo en el país europeo, donde no hay puntos medios: un sector lo adora mientras que otros no comparten para nada sus postulados.
PARÍS – El virólogo francés Didier Raoult, gran defensor de la cloroquina, emergió durante la crisis sanitaria como un héroe «antisistema», con la promoción de un tratamiento barato en contra de los intereses de las farmacéuticas, y sus críticas a la prensa y a la «élite parisina».
«Fue la persona adecuada en el buen momento, con la temática correcta, el discurso correcto, o mejor dicho, el contradiscurso correcto», resume a la AFP Sylvain Delouvée, un psicosociólogo de la Universidad Rennes-2 especialista en teorías conspirativas.
En un contexto como el de la crisis del covid-19, «las voces que se alzan para decir que tienen o pretenden tener una solución primero atraen la atención y luego una magnanimidad espontánea, como la que se tiene por un salvador», recuerda el politólogo Jérôme Fourquet, del Instituto francés de opinión pública Ifop.
Su popularidad también se debe a su posicionamiento, «que corresponde a una línea divisoria en la sociedad francesa», añade a la AFP: «El antisistema que se opone a los apparatchiks, tecnócratas (…), el sentido común y el pragmatismo frente a construcciones intelectuales».
Su atractivo radica asimismo en su aspecto, recalca Sylvain Delouvée. «Su pelo largo, su forma de hablar… muestra ‘él es capaz de traspasar las normas, no se encierra, no lleva traje y corbata, por lo tanto está claro que no se deja comprar'».
«Orgullo local»
Cabe añadir una peculiaridad muy francesa: la oposición entre París y las provincias. «Raoult encarna la oposición a París, el lugar del poder. (…) El hecho de que sea de Marsella activa bastante rápido la oposición París-Marsella, siendo esta última la anticapital por excelencia», explica el sociólogo Ludovic Lestrelin en la página web Marsactu.
En Facebook han surgido muchos grupos de apoyo, algunos con cientos de miles de miembros.
En la «vida real» el infectólogo, con barba y cabellera blanca, también seduce, en particular a aquellos que se reivindican «antisistema», desde los jefes de fila de la Agrupación Nacional (extrema derecha) hasta al líder de la Francia Insumisa (izquierda radical) Jean-Luc Mélenchon, pasando por el Presidente estadounidense Donald Trump o el brasileño Jair Bolsonaro, y hasta el filósofo francés Michel Onfray, que lo reclutó para su nueva revista Frente Popular.
En las redes sociales, los «pro» y los «anti» discuten con cada nueva publicación sobre el trabajo del director del Instituto Hospitalario Universitario (IHU) Méditerranée Infection.
«Francia se ha escindido según líneas divisorias preexistentes, cada quien ha reconocido rápidamente su bando», recalca Jérôme Fourquet.
«Desconfianza secular»
Su popularidad es el «reflejo de la desconfianza secular de una parte de la población hacia las élites», abunda el historiador Jean Garrigues, quien ve en Didier Raoult «una figura recurrente de la historia contemporánea (francesa): el hombre que en tiempos de crisis, desconocido para el público en general, fuera de los círculos restringidos clásicos de las élites (…), aparece para aportar una solución milagrosa».
¿Es populista? No necesariamente, señala Fourquet: «Hace uso de ello, pero no sigue exactamente ese discurso, aunque muchos de los que lo apoyan están en todo eso».
El interesado estima que no transmite la imagen correcta: «Me imagino que hay tontos que me ven de una manera caricaturesca pero, sabes, vengo de una familia en la que soy la cuarta generación de oficial de la Legión de Honor. No soy un maleante (…), estoy al servicio de este país», declaró el profesor al canal de televisión LCI el martes.
¿Es quizá un «antiélite»? «Gran elitista», respondió él al semanario L’Express, pero detractor del «declive parisino», un microcosmos «desconectado» que le recuerda la corte de Versalles en el siglo XVIII, precisó a LCI, que batió un récord de audiencia con la entrevista emitida el martes.
El científico no entrevé un futuro político: «No me considero un héroe, ni Jesucristo. (…) Creo que hago muy bien lo que hago, no tengo ganas de cambiar».
Leave a Comment
You must be logged in to post a comment.