Nuevo banderazo contra Alberto Fernández en Argentina: Manifestantes llegaron hasta la residencia presidencial
El epicentro de la movilización tuvo lugar en el Obelisco, pero las manifestaciones se replicaron en las provincias de Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Río Negro, Santa Fe, Salta y Santa Cruz.
BUENOS AIRES – Este lunes el gobierno de Alberto Fernández enfrenta nuevamente una multitudinaria protesta en Buenos Aires y otras ciudades del interior, en la que se cuestiona su gestión ante la pandemia, la crisis económica y la creciente influencia que le atribuyen a la vicepresidenta Cristina Fernández.
Este masivo nuevo «banderazo» en contra del Gobierno argentino fue convocado a través de redes sociales bajo la consigna «la hora de los patriotas» y contó con la adhesión de algunos dirigentes opositores. El epicentro de la movilización tuvo lugar en el Obelisco, emblemático monumento en el centro de Buenos Aires, pero las manifestaciones se han replicado en ciudades de las provincias de Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Río Negro, Santa Fe, Salta y Santa Cruz.
Algunos de los manifestantes llegaron hasta la residencia presidencial ubicada en Olivos, suburbio al norte de la capital, donde más temprano se había instalado un grupo de personas afines al Presidente, produciéndose un enfrentamiento que fue controlado por la policía. Frente al departamento donde reside Cristina Fernández también se congregaron algunos opositores.
El Presidente Fernández utilizó su cuenta de Twitter para referirse a estos hechos y señaló que «disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aun con el riesgo que implica en una pandemia, también. Pero promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática».
La protesta opositora tiene lugar en momentos en que se percibe un creciente malestar en la población por los resultados sanitarios y económicos de la extensa cuarentena que rige desde el 20 de marzo por la pandemia de coronavirus.
Fernández, quien asumió en enero pasado, llegó a tener una imagen positiva cercana al 70% al inicio de la pandemia, pero ahora se ubica en 34,8%, según una encuesta de la consultora Giacobbe & Asociados a fines de septiembre.
En el Obelisco se observó una larga fila de automóviles con familias abordo que hacían sonar las bocinas, mientras agitaban banderas argentinas, el símbolo patrio elegido para identificar la protesta.
Otros sostenían carteles en los que cuestionaban la restricción de libertades y duros mensajes contra Fernández de Kirchner.
El primer «banderazo» tuvo lugar el 20 de junio, en coincidencia con el Día de la Bandera y pocos días después que el gobierno peronista anunciara la expropiación de la cerealera Vicentín, la sexta más importante del país, una medida que desde la oposición se calificó como un ataque la propiedad privada. En los meses siguientes se sucedieron casi una decena de protestas.
Si bien la convocatoria fue por redes sociales sin una cara visible, dirigentes de la coalición Juntos por el Cambio con la que gobernó Mauricio Macri (2015-2019) alientan y asisten a las manifestaciones.
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