Investigación judicial en Londres determinará el rol de la contaminación ambiental en la muerte de una niña en 2013

Rosamund Adoo-Kissi-Debrah sostiene en sus manos su celular con una foto de su hija Ella, fallecida en 2013.

Si el forense encargado de la indagatoria concluye que la polución causó directamente el deceso de Ella Adoo-Kissi-Debrah, esto podría sentar un precedente en la justicia británica.

LONDRES – La justicia británica comenzó este lunes a reexaminar el papel que la contaminación atmosférica pudo haber jugado en la muerte hace casi ocho años de una niña que vivía cerca de una concurrida carretera londinense, un caso que podría sentar precedente.

Ella Adoo-Kissi-Debrah, de nueve años, murió el 15 de febrero de 2013 de una grave crisis de asma después de casi tres años de ataques repetidos y más de 30 hospitalizaciones relacionadas con la enfermedad.

Una investigación inicial en 2014 determinó que murió de una insuficiencia respiratoria aguda causada por un asma severo. Pero estos hallazgos se revirtieron en 2019 y se ordenó una nueva investigación debido al surgimiento, un año antes, de más evidencias sobre los riesgos que implica la polución del aire.

Esta segunda investigación judicial, que se abrió el lunes y durará dos semanas, examinará los niveles de contaminación a los que Ella estuvo expuesta y determinará si causaron su muerte.

Si el forense, encargado de identificar la razón del fallecimiento, concluye que la polución atmosférica causó directamente la muerte de la niña, sentaría un precedente. Ella sería la primera persona en el Reino Unido que tiene la contaminación del aire como causa de muerte conocida.

«Vínculo evidente»

Su madre, Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, espera «conseguir finalmente (inscribir) la razón de su muerte en su certificado de defunción» e instar a las autoridades a tomar medidas contra la contaminación del aire.

«Espero que esto facilite la vida de los niños de todo el mundo que respiran aire contaminado», dijo a la AFP antes del inicio de la primera vista. «Los niños no deberían morir de asma».

La pequeña inglesa vivía a menos de 30 metros de la South Circular, una carretera muy transitada y regularmente congestionada del sur de Londres.

En 2018, el profesor Stephen Holgate, un experto británico en contaminación atmosférica, señaló un «vínculo evidente» entre los ingresos de Ella en urgencias del hospital de emergencia y los peak registrados de dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas en suspensión, los contaminantes más perjudiciales.

«Me sorprendió, me enojó, pero también me entristeció mucho que no se pudiera hacer nada para ayudarla», recuerda la madre de Ella.

La investigación examinará los posibles fallos de las autoridades en la adopción de medidas para reducir la contaminación e informar al público sobre los riesgos para la salud.

El lunes, en el primer día de vistas, el abogado de la familia, Richard Hermer, acusó a las autoridades del distrito de Lewisham de haber tardado en tomar medidas contra la polución, cuyos niveles se disparaban.

Una vez que el consejo local pudo evaluar la calidad del aire, se necesitaron tres años para elaborar un plan de acción y otros cuatro para adoptarlo formalmente.

«Es un ritmo glacial en el contexto de una emergencia de salud pública», dijo Hermer dirigiéndose al responsable de medio ambiente de Lewisham, David Edwards.

«Mirándolo en el contexto actual, ciertamente, sí», reconoció Edwards.

Ella «dejaba de respirar»

Según cifras del ayuntamiento de Londres, el 99% de la ciudad supera los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la contaminación del aire.

El mes pasado, la directora ejecutiva del Fondo para el Aire Limpio, Jane Burston, señaló «que los niños de Londres tienen un 4,2% más de probabilidades de ser hospitalizados por asma en los días en que la contaminación por dióxido de nitrógeno es alta».

Algunos días, Ella tenía «ataques extremadamente fuertes, dejaba de respirar», recuerda su madre. El resto del tiempo, «llevaba una vida normal», tocaba el piano o la guitarra, se ocupaba de su hermano y hermana pequeños y soñaba con convertirse en piloto de avión.

El alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan, afirmó el mes pasado que la calidad del aire ha mejorado desde 2016, según datos oficiales.

Y destacó las medidas adoptadas desde su elección, incluida la introducción el año pasado de una «zona de emisiones ultra bajas» (ULEZ), que requiere que los conductores de los vehículos más contaminantes paguen un impuesto diario para circular por el centro de la ciudad.

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