Caso Sarah Everard: El secuestro y asesinato de una mujer que conmociona al Reino Unido
Muchas mujeres del país manifestaron su repudio al crimen de la ejecutiva de 33 años que también ha salpicado a la Policía de Londres, ya que el único detenido por el crimen es miembro de la institución.
LONDRES – La británica Sarah Everard, de 33 años, fue vista por última vez a las 21:30 horas del 3 de marzo, cuando caminaba a su hogar desde la casa de una amiga en el sur de Londres. Nunca volvió. Esto dio inicio a una intensa búsqueda que concluyó una semana después, con el hallazgo del cuerpo sin vida de la mujer en un bosque a las afueras de la capital de Reino Unido.
Días más tarde, las autoridades británicas anunciaron la detención del agente de la Policía Metropolitana de Londres (MET o Scotland Yard) Wayne Couzens, por su presunta participación en el secuestro y posterior asesinato de la ejecutiva de marketing.
Todo esto desató una ola de indignación en Reino Unido, donde un gran número de mujeres ha alzado la voz ante su preocupación por los hechos de violencia de género, haciendo un fuerte llamado al Gobierno de Boris Johnson a tomar medidas en el asunto.
Los hechos
La noche del 3 de marzo, Sarah Everard caminaba por una calle del sector de Clapham, en el sur de Londres. Las cámaras de seguridad del lugar la muestran conversando por teléfono. Según informa la BBC, la última comunicación que tuvo la mujer antes de su desaparición fue con su novio. Después de eso, no se supo más de ella.
Una vez que se reportó la desaparición de la ejecutiva, se dio inicio a una intensa búsqueda que implicó la visita por parte de los investigadoras a unas 750 viviendas y también la revisión de distintas grabaciones de cámaras de seguridad del sector. Asimismo, las autoridades hicieron un rastreo en un parque cercano a la zona donde la mujer fue vista por última vez.
La noticia golpeó no sólo a Londres, sino a todo Reino Unido: imágenes con el rostro de Sarah Everard circularon por numerosas cuentas de redes sociales y también por los medios de comunicación, mientras las autoridades continuaban con la búsqueda.
Estos trabajos concluyeron el miércoles 10 de marzo, tras el hallazgo de restos humanos en un bosque de Kent, a unos 50 kilómetros de la zona donde había sido vista la mujer por última vez. Tras los exámenes de rigor, se confirmó que se trataba de Everard.
La investigación, no obstante, continuó y se materializó con la detención del policía Wayne Couzens, de 48 años y que desde febrero de 2020 integraba el comando de protección parlamentaria y diplomática, donde patrullaba en las zonas cercanas a un grupo de embajadas en la capital británica. Una vez detenido, el agente fue trasladado dos veces a un centro asistencial tras presentar heridas en su cabeza, según reporta la BBC.
La implicación de un policía en este crimen conmocionó aún más a Reino Unido. Tras conocerse la noticia, el Primer Ministro Boris Johnson se mostró «horrorizado» por el hecho, aun más sabiendo que el sospechoso es un uniformado.
Por su parte, la comisaria jefe de la Policía Metropolitana de Londres, Cressida Dick, aseguró que la detención de Couzens «ha causado conmoción e indignación» también en el seno de la fuerza policial. «Hablo en nombre de todos mis colegas en la MET cuando digo que estamos totalmente horrorizados por esta terrible noticia. Nuestro trabajo es patrullar las calles y proteger a la gente», agregó.
Dick reconoció que la desaparición de la joven cuando volvía a casa una tarde cualquiera es «la peor pesadilla para una familia» y subrayó que es «increíblemente raro que una mujer sea secuestrada en nuestras calles».
Crece la indignación
Este hecho no solo prendió la mecha del escepticismo contra la policía británica, sino que desencadenó una tormenta de críticas por la inseguridad que viven las mujeres en las calles.
La indignación creció aún más al saberse que la policía recomendó a las mujeres de la zona donde residía Everard que fueran con cautela cuando salieran a la calle solas, a lo que algunas voces sugirieron, en respuesta, un toque de queda para los hombres como medida definitiva para acabar con la discriminación.
«Todas las mujeres deberían poder regresar andando a casa seguras y sin miedo. Dejen de decir a las mujeres que cambien su comportamiento. Es esta terrible misoginia la que necesita ser abolida», denunció en Twitter la escritora Elif Shafak.
A su crítica se unieron centenares de mujeres que compartieron su temor a ir solas por la calle: «todas alguna vez hemos llevado las llaves en la mano, hemos hecho una llamada falsa en el teléfono o hemos doblado una esquina para luego correr».
Se sumó a las reivindicaciones la diputada laborista Jess Phillips, que intervino en la Cámara de los Comunes para denunciar la escasez de datos oficiales sobre femicidios en el Reino Unido y leer el nombre de las 107 mujeres asesinadas por hombres en el país en 2020, según cifras de la plataforma «Counting Dead Women».
Por su parte, la plataforma Femicide Census recordó en un comunicado que, entre 2009 y 2018, una mujer murió cada tres días de promedio asesinada por un hombre en este país, una de cada doce de ellas en manos de un desconocido.
Para canalizar toda la rabia emergió la plataforma «Reclaim these streets» («Reclamemos estas calles»), que pronto se hizo viral y avivó el grito del movimiento «Reclaim the night» («Reclamemos la noche»), surgido en Inglaterra a finales de los 70 para denunciar la violencia machista y, concretamente, el asesinato de 13 mujeres a manos de Peter Sutcliffe, conocido como el «destripador de Yorkshire».
El movimiento había convocado una treintena de vigilias en recuerdo de Sarah Everard para la tarde del sábado, unas protestas que finalmente tuvieron que cancelarse tras fracasar las negociaciones con la policía, que sostuvo que celebrarlas es ilegal en el marco de las actuales restricciones por el covid-19 y amenazó con multas.
No obstante, un centenar de mujeres se reunió de todas formas en el sector de Clapham Common, en una manifestación en la que incluso participó la duquesa Kate de Cambridge. Más tarde, decenas de policías cargaron contra la multitud que les gritaba «qué vergüenza». Estallaron refriegas y los agentes sacaron a las mujeres del lugar a rastras.
«Anoche la gente estaba muy, muy molesta, había mucha emoción, completamente comprensible, y la policía, como es operativamente independiente, tendrá que explicárselo al secretario de Interior», dijo a Sky News la ministra de salvaguardia Victoria Atkins.
Cressida Dick, por su parte, respaldó a sus agentes y declaró que tenían que hacer un juicio muy difícil.»Todavía estamos en una pandemia, las reuniones ilegales son reuniones ilegales, los oficiales deben tomar medidas si la gente se está poniendo en riesgo masivo», dijo.
La respuesta del Gobierno
El Primer Ministro Boris Johnson, en tanto, expresó este lunes que mantiene su confianza en Cressida Dick, ante las críticas por un uso excesivo de la fuerza el sábado. El líder conservador afirmó a la BBC que la policía tiene un «trabajo muy difícil» y adelantó que ha ordenado una revisión de la actuación de los agentes al disolver una vigilia que había sido prohibida debido a las restricciones contra la pandemia.
«Tenemos que reconocer que la tragedia y el crimen horrible que hemos visto con el caso de Sarah Everard ha desatado una oleada de sentimientos en la gente, en las mujeres principalmente, que están preocupadas por su seguridad por la noche», sostuvo.
«Lo fundamental es que las mujeres sientan que cuando ponen una denuncia, cuando acuden a la policía con una acusación de violencia o acoso, sean tomadas en serio», dijo hoy Johnson.
El jefe de Gobierno subrayó asimismo que el Parlamento británico ha comenzado a tramitar una legislación que endurecerá las sentencias asociadas a violaciones y otros delitos sexuales, y dificultará el acortamiento de penas para los condenados por ese tipo de crímenes.
Esa misma Ley de Policía, Criminalidad, Sentencias y Tribunales, que se debate hoy en la Cámara de los Comunes, ha sido criticada sin embargo por incrementar la capacidad de la policía para evitar y disolver manifestaciones.
El texto, al que se opone el Partido Laborista, facilita que se limiten las protestas que puedan provocar «intimidación», «abuso» o «alarma» en otros ciudadanos, y amplía el perímetro de seguridad alrededor del palacio de Westminster, sede del Parlamento británico.
Johnson presidirá este lunes una reunión de la Unidad de Crimen y Justicia de su Gobierno, a la que asistirán Dick, la ministra de Interior, Priti Patel, y el titular de Justicia, Robert Buckland, entre otros miembros del Ejecutivo, para evaluar medidas que incrementen la seguridad de las mujeres.
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