Por qué los casos de covid-19 son récord en Chile cuando el país tiene el 45% de su población vacunada

Un trabajador de salud administra la vacuna china CoronaVac a un hombre en un centro de vacunación en Santiago, el 30 de marzo.

Los casos suben tres veces más rápidos que en el peor momento de la primera ola del año pasado y quedan menos de 170 camas UCI disponibles.

SANTIAGO – Chile atraviesa el peor momento de la pandemia, aunque el 45% de la población, siete millones de personas, ha recibido al menos una dosis de la vacuna, según los datos entregados en las últimas horas por el ministro de Salud, Enrique Paris. Las autoridades no han informado cuántos de los contagiados han recibido alguna de las inyecciones, pero se estima que de cada 10 inoculados, entre tres y cinco podrían contagiarse y uno podría sufrir un cuadro de moderado a grave de la enfermedad, explica el bioestadístico de la Universidad de Chile, Gabriel Cavada.

Es la información que no ha llegado claramente a la población, según diversos expertos, que coinciden en las críticas al Gobierno de Sebastián Piñera por situar el riesgo incorrectamente y por el triunfalismo por el proceso de vacunación. “Se han resaltado solo los aspectos positivos de la campaña y no los peligros que se mantienen”, analiza el médico Mauricio Canals, miembro de la plataforma ICOVID, una iniciativa liderada por la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Concepción sobre la base de los datos oficiales.

Esta nueva ola de la covid-19 ha sido más violenta que la primera que tuvo su cúspide en Chile en junio de 2020. En esta ocasión se ha sobrepasado el número de casos diarios: de 6.938 el 14 de junio, se ha llegado a más de los 8.000 (8.112 el pasado viernes), aunque también se ha batido récord en el número de pruebas realizadas (20.000 a 73.000 en ambas fechas, respectivamente). “Pero el año pasado nos tardamos tres meses en subir el cerro y ahora llegamos a lo mismo, incluso más arriba, en apenas un mes”, analiza Cavada. “Lo estamos subiendo demasiado rápido, tres veces más, según los gráficos”, añade el académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.

Piñera se refirió este lunes a las críticas que golpean a su Gobierno, que enfrenta un complejo escenario sanitario, pero también político. En apenas cinco semanas, la aprobación a la gestión de la pandemia cayó 20 puntos, de acuerdo a la encuesta Cadem (de 58% a 38%). “Nunca hemos subestimado esta pandemia”, dijo el mandatario, en el arranque de la campaña anual contra la influenza. “Siempre hemos pedido cumplir a nuestros compatriotas los cuidados personales”, agregó el presidente, que hizo mención a que cerca de 15 millones de chilenos hoy en día se encuentran cumpliendo una cuarentena.

Sin camas UCI

El Ejecutivo chileno logró abastecerse de vacunas como ningún otro país de la región y, gracias a su fuerte sistema de salud primaria, ha podido desplegar una campaña veloz y de las más exitosas del mundo. Chile no ha podido parar los contagios: ya se superó el millón de infectados en estos 13 meses (la población total del país es de unos 19 millones) y hay 2883 ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), como nunca, con solo 164 camas críticas disponibles a nivel nacional. Esta situación se explica por una serie de factores, como la baja trazabilidad: la mitad de las personas pasa más de tres días contagiando antes de que se llegue a conocer al caso por las autoridades. “Además, no se han hecho las intervenciones antes de que ocurran los fenómenos. ¿De qué sirve el cierre de fronteras si ya las variantes están dentro? Prácticamente ya no tiene sentido”, asegura Canals.

El miembro de la plataforma ICOVID explica que el proceso de vacunación, aunque ha sido rápido, no alcanzó a producir efectos sobre el nuevo brote de la covid-19 en Chile. El inicio de la vacunación masiva fue el 3 de febrero y la segunda dosis arrancó el 3 de marzo. Quince días después –el 18 de marzo–, recién se alcanzó algún grado de inmunidad para los grupos mayores de 70 años y algo para los mayores de 60.

“El estado inmunitario, por lo tanto, no ha llegado a cubrir a la población que está transmitiendo la enfermedad, que está entre los 30 y 60 años. Es un grupo que recién en estos días están empezando a tener un poquito de inmunidad”, explica Canals. Enumera los factores que habrían provocado la nueva ola. “Después del verano, en marzo se iniciaron las actividades prácticamente sin ninguna restricción. Las cuarentenas nunca fueron efectivas, la movilidad poblacional aumentó considerablemente”. Con la apertura de los colegios y los centros comerciales, a su juicio, se entregó un mensaje equivocado a la ciudadanía.

Enfermos cada vez más jóvenes

Por efecto de la vacuna, ha ido variando la edad de las personas que ocupan camas críticas. Hoy en día, de acuerdo a los datos oficiales, los ingresados entre 40 y 49 (469 casos) superan a los mayores de 70 (378 casos). Los más jóvenes (359 ingresados menores de 39 años) están apenas por debajo de los más grandes. Pero la letalidad no ha bajado y se mantiene en un 2,4%. Lo que ha ocurrido en Chile, más bien, es que la covid-19 ha empezado a buscar susceptibles en otros grupos. Hace un mes, por ejemplo, alrededor de un 80% de los fallecidos era mayor de los 70 años, pero esa cifra ha ido bajando. “Lo que es tremendamente preocupante, entonces, es que el componente de letalidad en los menores de 60 años ha ido creciendo”, asegura Cavada. Este hecho amenaza con hacer colapsar la ocupación hospitalaria: “A diferencia de la primera ola de 2020, al ingresar a la UCI gente más joven con cursos graves de la enfermedad, pasan mayor tiempo en la cama compleja y el ventilador”.

El médico Canals tiene “la esperanza que de ahora debería quebrarse la curva” de letalidad: “Tenemos un 15% de la población con inmunidad real y con aumento importante”. Lo alientan algunas señales, como la disminución en las UCI de enfermos mayores de 70 años e incluso de 60. “Esto sugiere que se estaría iniciando el efecto de las vacunas”, asegura el académico.

Pero es un panorama incierto. Las proyecciones del bioestadístico Cavada hablan de un espacio de crecimiento para otros 300.000 contagios, un 1,3 millón en total. Sobre el tiempo en que se producirían estas infecciones, explica: “Como subimos este cerro demasiado rápido, mi esperanza es que la baja sea rápida. Pero no tengo evidencia para asegurarlo”. Analiza, además, las cifras de los fallecidos a causa de la covid-19.

En toda la pandemia, Chile ha confirmado 23.677 muertes. “En un escenario aciago, solo los confirmados con PCR podrían llegar a una cifra entre los 30.000 a los 35.000”, explica el epidemiólogo. Mientras, los fallecimientos probables sin confirmación de PCR –31.151, según el Informe Epidemiológico del Ministerio de Salud–, “podrían llegar a unos 45.000”, asegura. Es decir, casi un tercio más de muertos por esta crisis sanitaria. Aunque Cavada explica que no existe claridad sobre el tiempo en que podría producirse este proceso, se inclina por “los próximos dos meses, dada la velocidad de los contagios”. “Preferiría que este tránsito sea lento y menos doloroso, pero estimo que será rápido y cruel”, asegura el académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile. Considerando que a finales de julio se podría haber vacunado a la población pediátrica, entre los cinco y 15 años, se alcanzaría la inmunidad de rebaño recién a finales de 2021, es decir, en ocho meses más.

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