Acusan que el mal manejo de la pandemia en Brasil llevó al país a una «emergencia humanitaria»

De acuerdo con Médicos Sin Fronteras (MSF),a más de un año del inicio de la pandemia «todavía no hay una respuesta de salud pública a la emergencia que sea eficaz, que esté centralizada y que se lleve a cabo de manera coordinada».

SAO PAULO – La agrupación Médicos Sin Fronteras (MSF) aseguró este jueves que «la falta de voluntad política para proporcionar una respuesta adecuada» ante la pandemia en Brasil ha sumido al país sudamericano en una «emergencia humanitaria», que lo tiene como uno de los lugares más afectados por el covid-19 en el planeta.

«Ha pasado más de un año desde el inicio de la pandemia de covid-19 y en Brasil todavía no hay una respuesta de salud pública a la emergencia que sea eficaz, que esté centralizada y que se lleve a cabo de manera coordinada», afirmó la agrupación en comunicado, donde además pidió a las autoridades brasileñas «que reconozcan urgentemente la gravedad de la crisis y que pongan en marcha un sistema central de coordinación y respuesta frente al covid-19».

MSF aseguró que la semana pasada Brasil registró el 11% de las nuevas infecciones por covid-19 de todo el planeta, así como el 26,2% de las muertes confirmadas por el virus, cifras que «son una clara evidencia del fracaso de las autoridades para gestionar la crisis humanitaria y de salud pública que atraviesa el país y para proteger del virus a los brasileños, especialmente a los más vulnerables».

«Las medidas de salud pública se han convertido en un campo de batalla político en Brasil», afirmó el doctor Christos Christou, presidente internacional de MSF, quien remarcó que, en este escenario, «las políticas basadas en la ciencia son permanentemente entremezcladas con las opiniones políticas, en lugar de estar centradas en la necesidad de proteger a las personas y a sus comunidades frente al covid-19».

«El Gobierno Federal de Brasil ha rechazado adoptar medidas integrales de salud pública basadas en la evidencia, dejando la responsabilidad en manos del dedicado personal médico del país, que hace todo lo que puede para sacar adelante a las personas que se debaten entre la vida y la muerte en las atestadas unidades de cuidados intensivos y que se ven obligados a improvisar soluciones cuando ya no quedan camas disponibles», agregó Christou, quien remarcó que «esto ha puesto a Brasil en un estado de duelo permanente y ha llevado al colapso del sistema de salud del país».

En tanto, la directora general de MSF, Meinie Nicolai, remarcó que la batalla contra el covid no sólo debe hacerse en los recintos sanitarios, sino también debe incluir a la ciudadanía, promoviendo medidas como el uso de mascarilla, el distanciamiento físico y la restricción de movimientos y actividades no esenciales en la comunidad.

«Las pautas de tratamiento del covid-19 deben ser actualizadas e incluir en ellas las últimas investigaciones médicas que se han llevado a cabo. Además, de cara a facilitar tanto la atención al paciente como el control de los brotes, las pruebas rápidas de antígenos deben estar ampliamente disponibles en todo momento», afirmó.

Colapso sanitario

En su reporte, MSF también indicó que, la semana pasada, las unidades de cuidados intensivos (UCI) estaban colapsadas en 21 de las 27 capitales de Brasil. Panorama recurrente en los centros asistenciales, aseguraron, es la «constante escasez de oxígeno», por lo que, «como resultado, nuestros equipos han visto morir a pacientes que habrían tenido la posibilidad de sobrevivir si hubieran recibido la atención médica adecuada».

«La devastación que los equipos de MSF presenciaron por primera vez en la región de Amazonas se ha convertido al día de hoy en una realidad en la mayor parte de Brasil», denunció Pierre Van Heddegem, quien era el coordinador de Emergencias para la respuesta de MSF al covid-19 en Brasil hasta hace unos días.

En esta línea, aseguró que uno de los factores de esta crisis ha sido «la falta de planificación y coordinación entre las autoridades federales de salud y sus contrapartes estatales y municipales», lo que «está teniendo consecuencias letales, de vida o muerte».

«No solo los pacientes mueren sin acceso a la atención médica, sino que el personal médico está exhausto y sufre un trauma psicológico y emocional severo debido a las condiciones en las que tienen que llevar a cabo su trabajo», detalló Van Heddegem.