¡Cuidado con los permisos que le otorgas a las ‘apps’!
¿Aceptas nuestra política de datos? ¿Permites que esta ‘app’ acceda a tus fotografías? Antes de aceptar y marcar la casilla de “sí, he leído y acepto los términos y condiciones” y de conceder permiso a algunas peticiones, como la de dar a acceso a la cámara del móvil, sin revisarlas ni leerlas, hay que detenerse y reflexionar según los expertos de la firma Ironhack.
“Es que algunos de esos permisos quizá no tengan sentido, no sean obligatorios, necesarios ni imprescindibles para el funcionamiento de la aplicación, y podrían ser utilizados para extraer y utilizar información de los usuarios con fines comerciales”, de acuerdo a esta escuela especializada en formación intensiva de talento digital (www.ironhack.com).
Señalan que, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) española, cerca de 9 de cada 10 usuarios no revisa las condiciones de privacidad antes de aceptarlas y que a cerca de 3 de cada 4 usuarios tampoco le preocupa el uso que hacen de sus datos.
¿Y por qué no solemos revisar las condiciones o permisos antes de aceptarlos? Según Ironhack una pista de las razones puede darla un “experimento” efectuado en 2016 por el Consejo Noruego del Consumidor, que imprimió los términos y condiciones de uso de las 30 aplicaciones más populares e invitó a un grupo de voluntarias a leerlas.
“Comprobaron que se tardarían cerca de 32 horas en leer los términos y condiciones de uso de dichas ‘apps’”, apuntan.
“El ‘experimento’ encontró que el problema no solo reside en la longitud de los textos, sino también en el formato, la presentación y la terminología utilizada que hacen casi imposible la comprensión lectora, provocando que muchos usuarios las acepten sin leerlas”, según esta escuela.
Ironhack advierte que no leer estos términos puede poner en riesgo la seguridad de los datos personales y la privacidad de los usuarios si se hace un uso inadecuado de los datos, y que algunos permisos que solicitan las aplicaciones al ser descargadas no son necesarios para su buen funcionamiento y rendimiento.
ANTES DE PERMITIR, CONVIENE INFORMARSE
“Muchas veces se aceptan solicitudes que no son obligatorios y que algunos desarrolladores pueden utilizar para extraer información de los usuarios con el objeto de enviarles una publicidad más personalizada”, señalan los expertos de este centro.
Según esta escuela, algunos de los permisos más comunes que se aceptan sin revisar son para el acceso a:.
Al dispositivo móvil. Cuando permitimos a las aplicaciones acceder a nuestros terminales les estamos dando la posibilidad de ver las condiciones del teléfono, conocer el estado de la red, hacer llamadas, saber el número, grabar mensajes de voz e, incluso, redireccionar a otro número, según Ironhack.
A la cámara del móvil. “¿Para qué querría una ‘app’ de finanzas tener acceso a la cámara de fotos? Al aceptarlo se le permite tomar fotos y grabar vídeos por sí misma”, apuntan.
A la galería de fotos. Según Ironhack son permisos necesarios para aplicaciones de redes sociales para compartir fotografías con tus seguidores, pero es importante proteger este contenido personal, ya que esas imágenes contienen metadatos que pueden mostrar otra información privada.
Al calendario. Al permitir el acceso a citas médicas y de otro tipo, cumpleaños o reuniones de trabajo, podrán leerlas, consultarlas, editarlas, eliminarlas e incluso añadir eventos. Dar acceso al calendario es fundamental solo para pocas ‘apps’, según Ironhack.
Al micrófono del dispositivo. Es cada vez más común que, tras una conversación con familiares o amigos, aparezca en el móvil publicidad relacionada con los temas tratados. Al aceptar este permiso, algunas ‘apps’ pueden acceder al uso del ‘micro’, incluso cuando no está abierta, e incluso grabar sonido sin conexión a Internet y luego transmitirlo, según esta escuela.
A la ubicación. Las aplicaciones de mapas o clima necesitan conocer la ubicación exacta para mostrar resultados de manera eficiente, aunque sería suficiente con solo permitir este acceso cuando las utilizamos. Hay muchas otras ‘apps’ que requieren este permiso pero que no se debería aceptar, apunta Ironhack.
A la memoria del teléfono. Al acceder al almacenamiento o memoria de un dispositivo personal o de empresa, los ‘hackers’ podrían cifrar archivos importantes para el usuario y pedirle un rescate a cambio de permitirle recuperar el acceso a esos archivos, advierte esta escuela de formación tecnológica.
“Es innegable que los términos y condiciones de las “apps” son muy extensos y tediosos”, señala Tiago Santos, gerente general de Ironhack, en Barcelona (España).
TECNICISMOS QUE DIFICULTAN LA COMPRNESION
Explica que la mayoría de los términos y condiciones contienen muchos tecnicismos que, “aunque el usuario los lea, igualmente no será capaz de entender el alcance de muchos de los permisos que está aceptando, ni las consecuencias de ello”.
“Sería importante que las empresas se preocupasen por redactar cláusulas más fáciles de leer e interpretar de igual forma que es fundamental que los usuarios se preocupen por informarse sobre el uso que se da al tratamiento de sus datos”, destaca.
Para Santos “la cantidad de datos personales que facilitamos y movemos en internet es muy elevada y eso tiene y tendrá sus consecuencias si no lo sabemos gestionar”.
“Muchos de los permisos y condiciones son idénticos, independientemente de la “app” que los solicite. A veces parecen inspirados unos en los otros y hechos para poder defender a la propia empresa más que a sus usuarios”, reflexiona.
Santos opina que la dificultad de lectura de permisos y condiciones es un fenómeno extendido y, siendo además reciente, “pocos usuarios han tenido formación para poder enfrentar este tema de forma responsable y con conocimiento”.
A este experto no le extrañaría que esta materia se empezase a enseñar dentro de poco en las escuelas y a formar parte de la educación que damos a nuestros hijos del mismo modo que se les enseña a no comunicarse ni aceptar regalos de desconocidos.
Según Santos “estamos aceptando que muchas ‘apps’ tengan acceso a datos personales que, muchas veces, incluso escondemos u ocultamos a las personas que conocemos”.
“Al dar acceso a nuestros contactos, estamos compartiendo con esa ‘app’ todos los datos de los contactos de nuestra agenda. Al compartir y consentir el acceso a nuestra ubicación, permitimos a la ‘app’ saber todos nuestros movimientos”, ejemplifica.
“La pregunta que nos debemos hacer es “¿realmente necesita esta ‘app’ tener acceso a todos estos datos?”, añade.
Por otra parte Santos señala que es fundamental que el usuario sepa “que, aunque haya aceptado los ‘términos y condiciones’, después puede personalizar los permisos otorgados a cada ‘app’ en el apartado de ‘Privacidad’ de su dispositivo móvil”.
“Para la mayoría de las aplicaciones tenemos la opción de elegir cómo y cuándo compartir nuestros datos: ‘siempre’, ‘nunca’ o ‘mientras la app esté en uso’”, según explica.
“Otra cláusula que debemos verificar siempre que leemos los términos y condiciones es si estamos otorgando el permiso a esa ‘app’ para vender nuestros datos a terceros u otros servicios o empresas asociados”, concluye.
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