Emmanuel Macron y Marine Le Pen se enfrentan en crucial debate a 4 días de la elección en Francia

Ambos candidatos buscarán atraer a los indecisos y los votantes de izquierda que en la primera vuelta se inclinaron por Jean-Luc Mélenchon.

PARÍS – El mandatario centrista Emmanuel Macron y su rival en la elección presidencial, la ultraderechista Marine Le Pen, buscarán este miércoles en su único debate convencer a millones de franceses abstencionistas y atraer a los electores de izquierda, a cuatro días del balotaje.

A partir de las 21:00 horas (15:00 horas en Chile), ambos detallarán durante el debate de dos horas y media, que será retransmitido por televisión y por Twitch, sus medidas sobre poder adquisitivo, seguridad, juventud, política internacional, medio ambiente, etc.

Aunque Macron aventaja en 12 puntos a Le Pen, según el último barómetro de Ipsos/Sopra Steria, sólo un 69% de los franceses dice estar seguro de ir a votar, entre ellos unos 6 de cada 10 electores del izquierdista Jean-Luc Mélenchon.

«Hay un tercio del electorado que se siente huérfano, que son los votantes de Jean-Luc Mélenchon y de la izquierda en general, que de hecho se oponen tanto a Emmanuel Macron como a Marine Le Pen», indicó Emmanuel Rivière, politólogo de Kantar, en la radio RFI.

Muestra del desencanto de una parte de la población obligada a escoger entre el «peligro» ultraderechista y el poco popular Mandatario, el lema «Ni Macron ni Le Pen» resonó la semana pasada en una simbólica Sorbona ocupada por estudiantes.

El cara a cara de los candidatos del duelo final se anuncia así clave, ya que esa parte del electorado lo mirará «con la esperanza» de «confirmar una elección que no es del todo segura» o de que los ayude a tomar finalmente una decisión, según Rivière.

La candidata de Agrupación Nacional (RN), de 53 años, debe romper la tendencia favorable de su rival de La República en Marcha (LREM), de 44 años, quien agita, como en 2017 -cuando ya derrotó a Le Pen-, el miedo de la llegada de la extrema derecha al poder.

El debate de 2017 representó una debacle para la ultraderechista, a la que se le reprochó su «agresividad» y «su falta de preparación». Días después, reconoció un «error estratégico», un mea culpa que reiteró en la actual campaña.

Como ya ocurriera con su padre, Jean-Marie Le Pen, en 2002, la mayoría de candidatos derrotados, así como artistas, deportistas o expresidentes, llamaron a votar por el actual mandatario liberal o contra la heredera del Frente Nacional (FN).

La presidenciable se ha esforzado en mostrar una imagen menos radical y aparecer como la defensora del poder adquisitivo en la primera vuelta. Pero los temores regresaron cuando el foco estuvo puesto en su programa de gobierno e internacional en la recta final.

Le Pen, vista como próxima a la Rusia de Vladimir Putin, propone abandonar el comando integrado de la OTAN, que fija la estrategia militar de la Alianza, y su elección asestaría otro revés a la Unión Europea tras la reeleción del húngaro Viktor Orban.

«Demasiado autoritarios»

A diferencia de 2017, cuando con un 66,1% de los votos se proclamó por primera vez presidente, Macron debe defender ahora su gestión, marcada por las crisis: protestas sociales, pandemia de coronavirus, consecuencias de la guerra en Ucrania.

El ‘leitmotiv’ de su programa es recuperar el impulso reformista y liberal que las crisis le obligaron a detener, como el retraso de la edad de jubilación de 62 a 65 años. Para atraer a los votantes de izquierda, se dijo dispuesto a atrasarla sólo hasta los 64 años.

Le Pen aprovechó esta impopular propuesta y la inquietud de los franceses con el aumento de la inflación para buscar reforzar la imagen de Macron de «presidente de los ricos», que galvanizó la protesta social de los «chalecos amarillos» en 2018 y 2019.

Según el barómetro de Ipsos/Sopra Steria, alrededor de la mitad de los franceses estiman que ambos candidatos son «demasiado autoritarios». Le Pen está considerada como la que mejor comprende los problemas de la gente y Macron, como aquel con mejor imagen internacional.

El domingo en la noche se conocerá el nombre de quién presidirá Francia durante los próximos cinco años y empezará la campaña de las legislativas de junio que definirán con qué mayoría parlamentaria gobernará, algo incierto en un tablero político en recomposición.

El izquierdista Mélenchon, que con un 22% se quedó a las puertas del balotaje, ya urgió el martes a los franceses a que lo conviertan en «primer ministro» durante la «tercera vuelta» de la presidencial, es decir en las legislativas del 12 y 19 de junio.

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