De estar fuera de los 100 a ser Top 10 en 365 días: La increíble explosión de Alcaraz y la curiosa comparación con Nadal

El español está destinado a grandes cosas.

BARCELONA – Un 25 de abril, con 18 años y después de ganar el torneo de Barcelona: igual como lo hizo Rafael Nadal hace 17 años, este lunes otro español, Carlos Alcaraz, alcanzó un lugar en el Top 10 del ranking de la ATP.

El tercer título que gana Alcaraz esta temporada lo llevó a este sitial de privilegio por primera vez en su carrera y seguramente se mantendrá allí por mucho tiempo. En 2022, la nueva estrella del tenis conquistó el ATP 500 de Río, el Masters 1.000 de Miami y ahora el tradicional Conde de Godó en Barcelona, lo que se suma al ATP 250 de Umag en 2021.

La comparación con Nadal asusta, porque parece llevar el mismo camino. En 2005, el zurdo de Manacor se metió en el Top 10 justo tras conquistar el evento catalán, y antes había ganado en Costa do Sauipe, Acapulco y Montecarlo, además de ser finalista en Miami, a esta misma altura del año. Tras eso, acabó esa temporada con 11 coronas y como N°2 del planeta, solamente superado por Roger Federer.

Su explosión es única, porque hace exactamente un año, el tenista murciano se ubicaba como número 119 del mundo y perdió en primera ronda de Barcelona contra el estadounidense Frances Tiafoe. Ahora es el 9° del orbe y campeón del torneo de la ciudad condal. Y si lo comparamos con el dueño de 21 majors, el de Manacor estaba en el puesto 37°, 12 meses antes de romper la barrera de los 10 mejores.

Desde que empezó 2022, Alcaraz ha ganado 23 de los 26 partidos que disputó. Solo el italiano Matteo Berrettini (tercera ronda de Australia), el propio Nadal (semifinal de Indian Wells) y Sebastián Korda (segunda vuelta de Montecarlo) pudieron ganarle, todos in extremis.

Lo que más asusta del europeo es que no tiene grandes defensas de puntos en el resto de este año, por lo que su proyección es inimaginable si se mantiene sano.

Por lo pronto, el español tiene agendada su presencia en los Masters 1.000 de Madrid y Roma, para cerrar la temporada de tierra batida en Roland Garros, desafíos gigantes donde podría agrandar aún más su incipiente galería de títulos.