Escalada nuclear: Cómo la contraofensiva de Ucrania llevó a la amenaza rusa y la respuesta que podría dar Biden
La decisión del Presidente Vladimir Putin de decretar movilización parcial en su país supone un nuevo punto en el conflicto ucraniano y pone en alerta a Occidente, que ahora espera la respuesta del Mandatario estadounidense.
WASHINGTON – Después de siete meses de ofensiva, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, escaló este miércoles el conflicto en Ucrania, movilizando a cientos de miles de reservistas y amenazando con recurrir al arma nuclear. Un punto de quiebre que tiene a todo el mundo expectante de la respuesta que pueda dar Occidente, principalmente el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
«A aquellos que se permiten semejantes declaraciones hacia Rusia, quiero recordarles que nuestro país dispone también de varios medios de destrucción, y componentes distintos y más modernos que los de los países de la OTAN, y cuando la integridad territorial de nuestro país se vea amenazada, para proteger a Rusia y a nuestro pueblo, utilizaremos sin duda todos los medios a nuestra disposición», afirmó Putin.
La medida del líder ruso de decretar movilización parcial en su país supone un nuevo punto en el conflicto. Más allá de las amenazas cursadas semanas atrás, esto sería mucho más serio.
El anuncio de Putin ocurre horas antes de la esperada intervención de Joe Biden ante la Asamblea General de la ONU. El Presidente estadounidense ya había advertido días atrás a su homólogo ruso por una posible escalada nuclear: «No, no lo haga. Cambiará el rostro de la guerra como nunca antes desde la Segunda Guerra Mundial», dijo en entrevista con el canal CBS.
«La respuesta dependerá del alcance de lo que hagan», aseguró Biden, que debería comparecer ante la ONU cerca del mediodía (hora chilena).
Por el momento, la Casa Blanca ya se pronunció, descartando de momento responder por la vía armada: «Es una retórica irresponsable de una potencia nuclear», dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, entrevistado por la cadena ABC. «Estamos monitoreando lo mejor que podemos su postura estratégica para poder modificar la nuestra si es necesario. No hemos visto ninguna indicación de que eso sea necesario en este momento», agregó.
¿Por qué ahora?
Desde que Rusia lanzara su asalto a Ucrania, el 24 de febrero, el Kremlin no ha dejado de repetir que todo se está desarrollando «según el plan». Incluso cuando tuvo que abandonar su ofensiva en Kiev y replegarse hacia el este, en primavera.
A principios de septiembre, las cosas cambiaron: las fuerzas ucranianas, armadas por Occidente, obligaron a los rusos a retirarse de la región de Járkov, en el noreste, y a retroceder en la cuenca del Donbás (este) y en Jersón (sur).
Además, los grandes países emergentes, cuyo apoyo espera conseguir Putin para su causa antioccidental, empezaron a mostrarse impacientes.
La semana pasada , el Primer Ministro indio, Narendra Modi, le dijo a Putin que no es el momento de «hacer la guerra». Y el Mandatario ruso afirmó que el Presidente chino, Xi Jinping, le había manifestado sus «inquietudes».
«Recibió, de los países no occidentales, la señal de que hay que terminar cuanto antes», analizó en Facebook Alexander Baunov, otrora experto del centro Carnegie de Moscú, que el gobierno ruso clausuró este año.
Anexión y bomba atómica
Así las cosas, Rusia quiso retomar la iniciativa y el martes anunció la organización de unas votaciones de anexión en cuatro regiones de Ucrania, controladas por Moscú al menos parcialmente, que tendrían lugar del 23 al 27 de septiembre.
Puesto que la doctrina militar rusa prevé el recurso al arma nuclear si su territorio es atacado, para el Kremlin ese sería el caso en caso de anexión, aunque ningún otro Estado del mundo reconociera esas fronteras.
Con estas votaciones, que Occidente tildó de «parodias» y «simulacros», lo que pretende Rusia es frenar la contraofensiva ucraniana y las entregas de armas occidentales.
El martes, la jefa de la cadena de televisión pública rusa RT, Margarita Simonian, consideró en Twitter que esta semana sería la «antesala de nuestra victoria inminente» o bien, la «de la guerra nuclear».
La apuesta de Putin
Desde que se anunciaran los referendos de anexión, el martes, el Kremlin parece querer jugar a la escalada para obtener una rendición de Ucrania, poniendo la opción nuclear sobre la mesa.
«Es un ultimátum de Rusia a Ucrania y a Occidente: o Ucrania retrocede o habrá guerra nuclear», comentó el martes la analista independiente Tatiana Stanovaya en Telegram.
Este miércoles, Vladimir Putin recalcó que no se trata de «un bluf».
Desde hace siete meses, Occidente ha manifestado su apoyo a Ucrania y le ha aportado ayuda militar y financiera.
En el plano militar, la movilización podría ser insuficiente para cambiar la realidad en el terreno, al menos inmediatamente, pues formar, equipar y enviar a 300.000 efectivos al frente supone un enorme desafío logístico para Rusia.
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