Los nuevos datos de la investigación que asegura que el covid-19 fue desarrollado en China para crear armas biológicas
Un reportaje del medio The Sunday Times recopiló una serie de pruebas elaboradas por científicos estadounidenses, que explican el origen de las investigaciones en el Instituto de Virología de Wuhan y sus motivaciones.
LONDRES – Se encendieron las alarmas el fin de semana. Una investigación del medio británico The Sunday Times reveló nuevos datos sobre el posible origen del covid-19, que desde el inicio de la pandemia en 2020 ha causado la muerte de unas 20 millones de personas. Y los datos sorprenden: de acuerdo con la publicación, el mencionado virus se habría creado en un laboratorio de Wuhan en medio de un operativo para crear armas biológicas, pero sufrió un imprevisto.
El reportaje viene a confirmar las teorías de que el virus se originó en la mencionada ciudad china. De todos modos, estas nuevas revelaciones muestran una enorme y escabrosa trama detrás de todo.
The Sunday Times accedió a cientos de documentos, «incluidos informes previamente confidenciales, memorandos internos, documentos científicos y correspondencia por correo electrónico que se ha obtenido a través de fuentes o por los defensores de la libertad de información en los tres años transcurridos desde el inicio de la pandemia», dice el reporte.
Además, también entrevistaron a los investigadores del Departamento de Estado de EE.UU. que lideraron la primera indagatoria importante del país norteamericano sobre los orígenes del covid-19.
Tras este análisis, el medio británico concluyó que «los científicos chinos dirigían un proyecto encubierto de experimentos peligrosos, que provocó una filtración del Instituto de Virología de Wuhan y dio comienzo al brote de covid-19». De acuerdo con el texto, los investigadores estadounidenses aseguraron que una de las razones por la que no hay información publicada sobre este trabajo en el país asiático «es porque se hizo en colaboración con investigadores del ejército chino, que lo financiaba y que, según ellos, perseguía armas biológicas».
Estos son los nuevos datos revelados por la investigación:
Orígenes de la investigación
De acuerdo con The Sunday Times, hace dos décadas el Instituto de Virología de Wuhan comenzó a buscar los orígenes del virus SARS, lo que atrajo el interés del Gobierno estadounidense, que financió trabajos a través de una organización benéfica con sede en Nueva York. La entidad asiática «realizaba experimentos cada vez más arriesgados con coronavirus que recogía en cuevas de murciélagos del sur de China». Los hallazgos de los trabajos en su momento eran públicos y estaban enfocados en ayudar al desarrollo de nuevas vacunas.
Esta apertura, sin embargo, cambió en 2016, tras el descubrimiento de un tipo de coronavirus en un pozo minero de Mojiang, provincia de Yunnan, donde murieron personas con síntomas similares a los del SARS. «En lugar de advertir al mundo, las autoridades chinas no informaron de las víctimas mortales. Los virus encontrados allí se reconocen ahora como los únicos miembros de la familia inmediata del covid-19 de los que se sabe que existían antes de la pandemia», afirmó The Sunday Times. Desde ahí, el trabajo científico pasó a ser clasificado.
«El rastro de papeles empieza a oscurecerse. Fue exactamente entonces cuando se puso en marcha el programa clasificado. Mi opinión es que la razón por la que se encubrió Mojiang se debió al secreto militar relacionado con la búsqueda (por parte del ejército) de capacidades de doble uso en armas biológicas virológicas y vacunas», afirmó un investigador estadounidense. Según los expertos norteamericanos, el programa chino consistía en hacer que los virus de la mina fueran más infecciosos para los humanos.
Esto, creen los investigadores, condujo a la creación del virus covid-19, el cual se habría filtrado tras un accidente de laboratorio. «Cada vez está más claro que el Instituto de Virología de Wuhan participó en la creación, promulgación y encubrimiento de la pandemia del covid-19», afirmó uno de los especialistas estadounidenses.
Los expertos, asegura la publicación, encontraron pruebas que demuestran que investigadores chinos fueron hospitalizados con síntomas similares al covid-19 en noviembre de 2019, un mes antes de que se obtuviera información global sobre el virus, e incluso uno de sus familiares falleció.
«Estábamos seguros como una roca de que probablemente se trataba de covid-19 porque estaban trabajando en investigaciones avanzadas de coronavirus en el laboratorio. Eran biólogos formados de entre 30 y 40 años. Los científicos de 35 años no enferman mucho de gripe», aseguró uno de los expertos consultados.
Los investigadores estadounidenses aseguraron además que tenían pruebas de que el Instituto de Virología de Wuhan estuvo trabajando en una vacuna antes de la pandemia. Todo esto se suma al bloqueo del Gobierno chino a indagatorias de equipos extranjeros para corroborar los orígenes del virus.
Los trabajos
De acuerdo con el reportaje, el Instituto de Virología de Wuhan comenzó a trabajar en la identificación de coronavirus tras la propagación del virus SARS en 2002 y 2003. Así, el equipo liderado por la doctora Shi Zengli se centró en el estudio de los murciélagos, lo que le valió el apodo de «Batwoman». A los trabajos se sumó el doctor británico Peter Daszak, experto en murciélagos.
Los experimentos, que concentraron el interés de Estados Unidos, también fueron llevados a cabo por el virólogo estadounidense Ralph Baric, de la Universidad de Carolina del Norte, quien «creó ratones ‘humanizados’ inyectándoles genes que les permitían desarrollar pulmones y sistemas vasculares similares a los nuestros. Su objetivo final era crear una vacuna universal contra los virus de tipo SARS, que aún no se ha alcanzado», según The Sunday Times.
Las técnicas de Baric fueron replicadas en Wuhan, encendiendo las alarmas en Estados Unidos. Luego vinieron los desencuentros: «Aunque se había mantenido informados a los financiadores estadounidenses de los trabajos sobre los virus de las cavernas, los investigadores creen que el instituto de Wuhan dirigía un proyecto en la sombra que mantuvo en secreto, incluso a Daszak», aseguró el medio británico.
The Sunday Times cita también al doctor Steven Quay, científico estadounidense que asesoró al Departamento de Estado de EE.UU. en su investigación, quien cree que el secretismo del instituto de Wuhan sobre el virus de la mina nunca tuvo sentido. «Nunca ha habido un ejemplo de un virus de murciélago que infectara directamente a humanos y matara (…) Si esos mineros murieron por un virus de murciélago, fue la primera vez en la historia de la ciencia humana que eso ocurrió. Y los chinos no lo publicaron», aseguró.
«Quay cree que el covid-19 se creó insertando un sitio de escisión de furina en uno de los virus de la mina y haciéndolo pasar en serie por ratones humanizados. Presentó una declaración ante el Senado estadounidense en la que explicaba el proceso. ‘Infectas a los ratones, esperas una semana más o menos y luego recuperas el virus de los ratones más enfermos. Luego se repite. En cuestión de semanas, esta evolución dirigida producirá un virus capaz de matar a todos los ratones humanizados'», complementó el medio británico.
Estos trabajos, aseguran los investigadores estadounidenses, fueron financiados por el ejército chino, razón por la que se mantuvo tanto secretismo. «A pesar de presentarse como una institución civil, Estados Unidos ha determinado que el Instituto de Virología de Wuhan ha colaborado en publicaciones y proyectos secretos con el ejército chino. El Instituto de Virología de Wuhan ha participado en investigaciones clasificadas, incluidos experimentos con animales de laboratorio, en nombre de los militares chinos desde al menos 2017».
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