El precio de la lealtad de Damian Lillard

La dualidad de Portland, entre competir y desarrollar un proyecto a largo plazo. Los Blazers tienen que tomar, ahora sí, la decisión definitiva.

PORTLAND – Un desastre, un torbellino de miseria, una nueva desilusión. El proyecto en Portland fracasa una y otra vez, y Damian Lillard ya está cansado. El canto del cisne. Cuenta la leyenda, que cuando un cisne se dispone a morir, emite el canto más bello y hermoso imaginable. Es como un genial epíteto que anuncia el ocaso inminente, y no veo otra manera mejor para describir la última temporada de Dame. Todas las relaciones tienen sus altibajos, sus cumbres y sus simas. En muchas ocasiones, consideramos que pasar una mala época es normal y que tarde o temprano ésta tocará a su fin, por lo que no nos damos cuenta de que llevamos años sin que la relación muestre signos de mejora. ¿Se acabó el amor entre Lillard y Portland? Hay un desgaste, eso parece seguro. Es posible que las dos partes no se atrevan a verbalizarlo o, por el contrario, puede que tras pasar esta fea página, tras otro volantazo, esté el siguiente gran proyecto. No obstante, y observando lo acontecido en el Draft, parece que desde Oregon el objetivo es claro: reconstrucción.

«Me he reunido con Dame y Aaron Goodwin (su agente) esta tarde. Hemos tenido una gran charla. Seguimos comprometidos a construir un equipo ganador alrededor de Lillard«, dice Joe Cronin, GM de los Blazers. Hará todo lo posible por no parecer el malo de la película si Lillard, finalmente, decide abandonar Portland. De poco sirven estas palabras si tu decisión es seleccionar a tres jugadores en el Draft: Scoot HendersonKris Murray y Rayan Rupert. La dualidad de Portland, entre competir y desarrollar un proyecto a futuro. Los Blazers tienen que tomar, ahora sí, la decisión definitiva. Aunque se suele decir que no todo es blanco o negro, lo cierto es que, a veces, tendemos a pensar el mundo en oposiciones. Y en este caso parece claro que el punto intermedio no existe.

Un proyecto… ¿estancado?

La pareja Lillard-CJ McCollum disputó 57 partidos en Playoffs juntos (2013-2022), y perdieron el 66% de ellos (19-38), pero hasta febrero de 2022 no supieron romperla. En ocho años, desde 2014 hasta 2021, los Blazers hicieron Playoffs cada temporada y solo pudieron ganar cuatro series en total. Un proyecto, aparentemente, estancado. Y Portland, en el último año tampoco ha conseguido competir. La inoperancia de la franquicia y la incompetencia en el banquillo lastraron a un equipo, de nuevo, liderado por Lillard. La llegada al banquillo de Chauncey Billups y la incorporación de jugadores de su gusto, como Jerami Grant o Josh Hart, fue orquestada bajo su aprobación. Sin embargo, nuevo patinazo en un Oeste en el que el nivel medio fue bajísimo (33-49).

Chauncey Billups ha decepcionado. Y mucho. Llegó para mejorar en el costado defensivo y dotar de más creatividad a un ataque Lillardcentrista. Dicho esto, los Blazers volvieron a ser una de las peores defensas de la liga (únicamente Detroit, Houston y San Antonio fueron peores) y uno de los equipos con peor circulación de balón (9º equipo con menos asistencias) y más tendencia al aclarado. En los último años, todo ha cambiado alrededor de Lillard: la plantilla, el entrenador, los directivos. El amor por una organización-ciudad se entiende de igual manera que el que se da o recibe en la vida real. Al menos así lo demuestran algunos jugadores, aquellos que aún se escudan en la lealtad e identificación con un equipo y su afición. Aquellos que rechazan ofertas mejores por sentirse el gran ídolo de miles de personas cada madruagada, se decidieron por los vítores antes que poner rumbo hacia un mejor proyecto deportivo.

¿Lealtad o anillo en 2024?

Scoot Henderson, Anfernee Simons, Shaedon Sharpe, Jerami Grant, Jusuf Nurkic, Matisse Thybulle, Cam Reddish, Justise Winslow, Nassir Little, Keon Johnson, Trendon Watford…y Damian Lillard. Lo cierto es que Portland está a un movimiento de convertirse en uno de los proyectos jóvenes más apasionantes de la competición. Scoot-Shaedon, uno de los ‘backcourts’ más talentosos de toda la NBA. Henderson te aporta físicotécnica mentalidad ganadora. Sharpe, capacidad atléticasalto verticaljugar sin balón…no hay mejor manera de empezar una reconstrucción. Y si ese binomio lo convertimos en trinomio con la presencia de un francotirador como Anfernee, los Blazers tienen entre manos uno de los núcleos más completos de la NBA.

«El amor y la lealtad son más profundos que la sangre», decía Richelle Mead. Según informa Sam Amick, Dame tendría un gran interés en reunirse con Jimmy Butler y Bam Adebayo en los Miami Heat. Aunque su idea sigue siendo permanecer en la organización de Oregon, ver que esta no apuesta como él espera por formar un contender puede hacerle cambiar de aires más pronto que tarde. Pero, ¿qué opciones tiene Portland esta temporada? ¿Es Anfernee carne de traspaso para hacer más competitiva la plantilla y darle más empaque al róster? En los proyectos suele haber siempre una línea de tiempo. Una cronología que, de manera aproximada, puede prever o suponer cuáles deberían ser los siguientes pasos de la franquicia. Y el proyecto de Lillard en Portland parece haber llegado a su ocaso.

Damian Lillard, uno de los mayores talentos de su generación, y tras completar la mejor temporada anotadora de su carrera (32.2 puntos en 58 partidos), cumplirá 33 años en julio. Sí, treinta y tres. La única temporada en la que ha podido competir de verdad fue en 2019, cuando los Blazers llegaron a Finales de Conferencia. Ese año, los Golden State Warriors (sin Kevin Durant por lesión) pasaron el rodillo (4-0). Hay un refrán que dice: «Todos tenemos un precio». Y este precio puede pasar por el dinero, el poder, un empleo, un destino, o un miedo…En ocho temporadas, desde 2014 hasta 2021, Portland ganó cuatro series en total. Ese es el precio de la lealtad de Damian Lillard.

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