Del indulto a Hunter Biden a la caravana migrante: Los movimientos en EE.UU. previo a la asunción de Donald Trump

El mandatario electo, que sigue preparando su equipo para su regreso a la Casa Blanca, ha visto cómo algunos sucesos podrían alterar su agenda.

WASHINGTON – Queda poco más de un mes para que Donald Trump asuma por segunda vez la Presidencia de Estados Unidos y así, mientras el líder republicano prepara lo que será su retorno a la Casa Blanca, el Mandatario saliente, Joe Biden, ha tomado algunas polémicas decisiones que marcarán el fin de su Gobierno y que, incluso, podrían condicionar el programa de su sucesor.

La medida más polémica, sin duda, fue el indulto a favor de Hunter Biden, hijo del Presidente demócrata que en junio fue hallado culpable de tres delitos relacionados con posesión de armas, al asegurar que fue «enjuiciado de manera selectiva e injusta».

Pero además de este cuestionado indulto el gobernante también ha hecho noticia por su apoyo irrestricto a Ucrania que ha ido aumentando en los últimos días, con la entrega de más armas y la autorización a usar misiles de largo alcance, algo que no había sucedido desde el inicio de la guerra con Rusia en febrero de 2022.

A eso se le suma un hecho que, si bien no es ocasionado directamente por Joe Biden, sí puede tener implicancia directa en uno de los puntos más delicados de la agenda de Donald Trump. Según reportes de medios de comunicación, una caravana de unas 1.500 personas se dirige a la frontera de México con EE.UU., con la intención de cruzar hasta este país antes del cambio de mando del 20 de agosto, con la certeza de que a partir de esa fecha las medidas migratorias se radicalizarán.

Tres hechos que han dado que hablar en Washington y que Trump está observando con mucha atención, mientras sigue trazando las líneas del que será su futuro gobierno.

El polémico indulto y los que podrían venir

Corría la noche del domingo 1 de diciembre y las alarmas de todos los medios de comunicación estadounidenses se encendían con el anuncio de Joe Biden de que había firmado un indulto a favor de su hijo Hunter, declarado en junio culpable por mentir sobre su consumo de drogas para poder comprar un revólver calibre 38 en 2018.

Según explicó el Mandatario en un comunicado, «ninguna persona razonable que mire a los hechos en los casos de Hunter puede llegar a otra conclusión de que Hunter fue puesto en la mira solo porque es mi hijo». El dirigente aseguró además que sus rivales intentaron «romper» a su hijo.

La noticia sorprendió principalmente porque Biden había dicho en repetidas ocasiones que no intervendría en los asuntos legales de su hijo, de 54 años. «Dije que no interferiría en la toma de decisiones del Departamento de Justicia y mantuve mi palabra incluso cuando vi cómo mi hijo era procesado de manera selectiva e injusta», aclaró el mandatario demócrata en la declaración del domingo pasado.

Y uno de los más críticos de esta medida fue el propio Donald Trump: «¿Incluye el indulto concedido por Joe a Hunter a los rehenes del J-6, encarcelados desde hace años? Es un abuso y un error judicial», indicó, en referencia a sus adherentes que están presos y enjuiciados por el asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero de 2021.

Pero hay más. Según una investigación del diario The New York Times, funcionarios de la Casa Blanca discuten la posibilidad de que Joe Biden pueda indultarlos, ante el temor de una posible persecución por parte del gobierno de Donald Trump.

Ed Siskel, el abogado de la Casa Blanca, está liderando las discusiones como parte de un plan más amplio para emitir indultos y conmutaciones, incluidos aquellos condenados por delitos de drogas no violentos, como es habitual en los últimos días de un presidente. La lista de asistentes en estas conversaciones incluye además a Jeffrey D. Zients, el jefe de gabinete de la Casa Blanca.

De acuerdo con el Times, que cita fuentes cercanas al tema y que piden anonimato, las designaciones que ha hecho Trump de Pam Bondi, ex fiscal general de Florida para dirigir el Departamento de Justicia, y de Kash Patel, ex asistente de Trump y provocador de extrema derecha, para ser director del FBI han puesto el tema al frente y al centro.

Pero, el asunto no se limita a la Casa Blanca ya que entre los demócratas del Congreso ha ido más allá. Han estado presionando a Biden para que haga lo que pueda para proteger los funcionarios que serían objetivo de represalias por cualquier delito cometido durante un periodo de años, destaca el diario.

Entre los nombres mencionados para el indulto están la exrepresentante Liz Cheney, republicana de Wyoming, quien fue vicepresidenta del comité bipartidista que investigó el papel de Trump en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021; el doctor Anthony S. Fauci, experto en enfermedades infecciosas cuyo asesoramiento sobre el covid-19 lo convirtió en blanco de ataques de extrema derecha; Jack Smith, el fiscal especial saliente que procesó a Trump y el senador electo Adam B. Schiff, demócrata de California, quien fue uno de los principales fiscales de la Cámara de Representantes en el primer juicio político a Trump.

Los gestos con Ucrania

Semanas antes, el Gobierno de Biden hacía noticia por otra cosa. De acuerdo con medios locales, el Mandatario autorizó a Ucrania a usar misiles estadounidenses de largo alcance contra objetivos rusos, marcando una nueva etapa en el conflicto que inició hace casi tres años, lo que encendió las alarmas en todo el mundo.

La medida responde a un requerimiento que el Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, venía haciendo hace mucho tiempo. Así las cosas, una vez que se dio luz verde, las tropas de Kiev lanzaron misiles ATACMS contra una instalación militar en Rusia, lo que desató la ira de Moscú, que amenazó con una escalada en el conflicto.

Estos nuevos acercamientos con Kiev no hacen más que complicar a Donald Trump, quien ha deslizado críticas por los miles de millones de dólares en ayuda que Washington ha entregado a Ucrania y ha asegurado que apenas llegue a la Casa Blanca acabará inmediatamente con la guerra.

Y si bien el presidente electo no se ha manifestado públicamente por este tema, uno de sus asesores más cercanos, Richard Grenell aseguró en redes sociales que desde el gobierno de Biden «están intensificando las guerras antes de dejar el cargo».

En tanto, el hijo mayor de Trump, Donald Jr., señaló en su cuenta de X que «el complejo industrial militar parece querer asegurarse de que comience la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de alcanzar la paz y salvar vidas».

«Creo que (Biden) ha querido marcarle el territorio al próximo inquilino de la Casa Blanca, demostrando que EE.UU. sigue siendo el principal suministrador de armas y ayuda económica a Ucrania, dificultando que Trump pueda suspender o recortar dicha ayuda mientras el conflicto continue», dijo por su parte el economista y militar retirado español Jesús Núñez, en entrevista con la televisión pública alemana.

El analista, de todos modos, aseguró que Joe Biden busca salvar su imagen y legado, según reportó la BBC. «Biden busca demostrar que ha estado apoyando a Ucrania con todo lo que ha podido, a pesar de las resistencias que se ha encontrado en el Congreso», afirmó.

Ahora, habrá que esperar cómo continuará el conflicto, ahora con Trump en el poder.

Avanza la caravana

Otro hecho que podría preocupar a Trump tiene que ver con la última caravana de migrantes que intentaría llegar a Estados Unidos antes de que el republicano asuma el poder. Es sabido que el presidente electo tomará una serie de estrictas medidas contra la población migrante, por lo que son muchos los que pretenderían llegar antes del 20 de enero.

El lunes pasado, una caravana de 1.500 migrantes partió de la frontera sur de México con rumbo a Estados Unidos, a pesar de las declaraciones de Donald Trump y la Mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, quien aseguró que estos grupos ya no llegan al límite norte del país latinoamericano.

El grupo está compuesto principalmente por venezolanos, aunque también hay colombianos, haitianos, cubanos y centroamericanos, y de regiones más distantes como Medio Oriente.

Los migrantes aseguran que han salido en caravana por inseguridad, secuestros y extorsiones, por lo que prefieren caminar en grupos por mayor seguridad. Asimismo, entienden que deben acelerar el paso ante la próxima presidencia de Trump.

«Nosotros tememos que cierre la frontera porque la cita (de asilo a Estados Unidos) se demora de seis a siete meses, muchas personas tienen suerte, sería peor para nosotros (esperar), vamos a recorrer unos 1.000 kilómetros», indicó a agencia EFE el venezolano Joswes Linares.

El avance de la caravana, sin embargo, ha sido tortuoso. Eliezer, vocero y representante de esta caravana de migrantes, expuso a EFE que se han entregado dos personas a las autoridades porque no soportan el calor y las ampollas en los pies, aunque aún queda el 80% de las 1.500 personas que salieron el lunes porque esperan llegar a Ciudad de México.

«Aquí vamos con todo, la gente está dispuesta a hacer lo que sea para avanzar, por lo que solicito al Gobierno mexicano que les puedan colaborar con agua para seguir su camino», indicó el migrante.

De todos modos, ya son varios los integrantes del contingente que expresaron que se quedarían en Tapachula, la principal ciudad de la frontera sur de México, si el Gobierno mexicano cumple la promesa de garantizar seguridad y empleos.

Así las cosas, las posibilidades de que la caravana cruce la frontera son remotas, aunque hay que estar atentos a su desarrollo en estos días. Trump, por su parte, ya prepara las duras normas migratorias que pretende implantar.

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