El club azulgrana se encuentra en una situación apremiante debido a la crisis mundial
BARCELONA – La terrible situación económica que ha dejado a su paso la pandemia de COVID-19 tomó a todos por sorpresa y en el mundo del futbol habrá algunas entidades que quizás no vuelvan a ser las mismas en mucho tiempo debido a que se juntaron las condiciones para vivir una “tormenta perfecta”, es el claro ejemplo del FC Barcelona.
Según muestra un profundo reporte que entrega el diario español El Confidencial, los problemas del equipo azulgrana comenzaron el día que se fue Neymar, los $250 millones de dólares de su fichaje por el club francés se utilizaron para intentar sustituirlo al estilo “Playstation”, es decir, comprando jugadores caros con salarios altísimos, además de renovar a jugadores insignia de la plantilla también por pequeñas fortunas.
El resultado: una masa salarial completamente impagable para el equipo en su situación actual.
“El Barça se lanza a la compra de jugadores, tras la venta de Neymar, que no han dado el resultado esperado. Dembélé, Coutinho, Griezmann… Son 400 millones de euros en fichajes que no te están sirviendo, y parte de esos traspasos entran también en la deuda a corto plazo”, lo explica el economista José María Gay de Liébana en la publicación de El Confidencial.
“Los grandes clubes funcionan así. Gastan muchísimo dinero porque saben que tienen un flujo constante de ingresos. El problema es cuando ese flujo se detiene, como pudo pasar con el coronavirus o con otras circunstancias en menor medida, porque los equipos no tienen herramientas para recortar sus gastos, una gran parte de ellos son costes fijos. Entonces, cuando deja de entrar el chorro de dinero, la estructura se viene abajo rápido”, agrega Gay de Liébana, Doctor en economía y derecho de la Universidad de Barcelona.
En resumen: el Barcelona tomó decisiones muy equivocadas durante los últimos años y la brutal crisis financiera las ha evidenciado como nunca. La nueva presidencia tendrá que lidiar, además de con un club roto, con unas cuentas que tienen al equipo -literalmente- al borde de la quiebra.