El periodista calificó el episodio de un inconveniente, pero entre los reporteros se estaban extendiendo emociones más fuertes. La corresponsal de American Urban Radio Networks, April Ryan, dijo que le enfurecía que Trump y su equipo hubieran arriesgado la salud de sus colegas. Kaitlan Collins, de CNN, opinó que era irresponsable, en el mejor de los casos.
Es frustrante, consideró Jonathan Karl, corresponsal de ABC News en la Casa Blanca. Francamente, te enoja.
El portavoz Judd Deere aseguró que Trump se toma muy en serio la salud y la seguridad de quienes trabajan para él y para la prensa que lo cubre. Aseguró que la Casa Blanca está trabajando para incorporar la guía actualizada de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y las mejores prácticas para limitar la exposición al COVID-19 en la mayor medida posible en las instalaciones de la residencia presidencial y cuando el presidente está de viaje.
Sin embargo, a Trump claramente no le gusta usar mascarilla, y es una actitud que se ha esparcido por gran parte de su personal.
Cuando se les pregunta por qué, los empleados responden generalmente que no la usan porque dieron negativo ese día, dijo la corresponsal de CBS News, Weijia Jiang. Pero los médicos, agregó, han dejado en claro que una prueba negativa no significa que una persona no tenga COVID-19 o que no sea contagioso, por lo que parece que cubrirse la cara es una forma sencilla de proteger a las personas.