Científicos realizan necropsia a una cría de mamut de 130.000 años de antigüedad hallada el año pasado

El análisis lo realizó un laboratorio ruso.
YAKUTSK – En un laboratorio del Extremo Oriente ruso, un grupo de científicos realizaron una necropsia a los restos de Yana, una cría de mamut de 130.000 años de antigüedad, hallados el año pasado en perfecto estado de conservación.
Esta necropsia «nos da la oportunidad de estudiar el pasado de nuestro planeta», dijo entusiasmado Artemi Goncharov, jefe del laboratorio de genómica funcional y proteómica de microorganismos del Instituto de Medicina Experimental de San Petersburgo.
Yana, de 120 centímetros de altura y 200 centímetros de longitud, fue descubierta en el permafrost (capa del suelo congelada) en la república rusa de Saja, una gigantesca región de Siberia.
Según los científicos que realizaron su necropsia, podría ser el espécimen de mamut mejor conservado del mundo. Su piel, que tiene aún unos pocos pelos, mantiene su tinte gris-marrón. Su trompa está curvada y apunta hacia su boca y se pueden ver perfectamente las cuencas de sus ojos así como sus patas arrugadas.
La necropsia fue realizada por media docena de científicos a finales de marzo en el Museo del Mamut de Yakutsk.
Con trajes blancos estériles, gafas y mascarillas, estos zoólogos y biólogos trabajaron durante varias horas examinando los restos del paquidermo, cuya especie se extinguió hace casi 4.000 años.
«Muchos órganos y tejidos están muy bien conservados», explicó Artemi Goncharov. «El tubo digestivo está parcialmente conservado, así como el estómago y fragmentos del intestino, en particular el colon», enumeró el científico.
Hace 130.000 años
En un primer tiempo se estimó que Yana vivió hace 50.000 años, pero posteriormente, tras el análisis de la capa de permafrost en la que se encontró, se concluyó que vivió hace más de 130.000 años, explicó Maxim Cheprassov, director del Museo del Mamut de la Universidad Federal del Nordeste de Rusia.
En cuanto a su «edad biológica», «está claro que tenía más de un año (cuando murió) porque ya le había salido el colmillo de leche». Queda por saber las razones por las que murió tan joven.
En la época en que Yana vivía «los humanos aún no estaban presentes», indicó el científico. Aparecieron en el territorio de la Siberia moderna hace entre 28.000 y 32.000 años.
El secreto de la excepcional conservación de esta cría de mamut reside en el «permafrost», el suelo de esta región congelado todo el año, que actúa como un gigantesco congelador que preserva los cadáveres de los animales prehistóricos.
El cuerpo de Yana fue descubierto cuando el permafrost se estaba derritiendo, un fenómeno que la comunidad científica cree que se debe al calentamiento global.
La investigación microbiológica permite estudiar los cadáveres de animales como el de Yana, pero también los «riesgos biológicos» del calentamiento global, explicó el científico petersburgués Artemi Goncharov.
Según algunas hipótesis, la desaparición del permafrost «libera microorganismos patógenos». Estos microorganismos pueden penetrar «en el agua, las plantas, los cuerpos de los animales y los cuerpos humanos», señaló.
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