Coronavirus: “Cuando reanudemos la vida normal, los casos volverán a subir”
Luciana Borio, la latina que asesoró a la Casa Blanca en biodefensa y advirtió sobre una pandemia.
WASHINGTON – La doctora Luciana Borio trabajaba como asesora de la Casa Blanca en mayo de 2018 cuando definió que una pandemia de gripe era la principal amenaza de seguridad sanitaria de Estados Unidos.
Aquellas palabras de Borio han cobrado un valor especial ahora, en medio de una pandemia de coronavirus que se expande por EE.UU. y amenaza con desbordar de pacientes el sistema hospitalario de Nueva York.
La advertencia de Borio ha sido evocada por algunos sobre todo después que el propio Trump dijera este mes que “nadie sabía que habría una pandemia o epidemia de esta proporción”.
También le han recordado a Trump que su Casa Blanca desmanteló la oficina de seguridad sanitaria global del Consejo de Seguridad Nacional donde Borio trabajaba con otros expertos.
En una entrevista con BBC Mundo, esta médica especializada en enfermedades infecciosas y atención crítica sostiene que EE.UU. y América Latina deben ahora evitar que los enfermos de covid-19 colmen la capacidad de sus hospitales.
“Si están desbordados, no podrán cuidarlos y las personas morirán innecesariamente“, señala Borio, que también fue científica jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés).
Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con esta brasileña que emigró en 1988 para estudiar en EE.UU., país del que también es ciudadana, y fue incluida por la publicación Business Insider en una lista de 11 personas que parecieron predecir la actual pandemia, junto a Bill Gates y varios especialistas.
Usted advirtió en 2018 que la principal amenaza para la seguridad sanitaria de EE.UU. era una pandemia de gripe, pero el país no estaba preparado para ello. ¿La crisis actual de coronavirus muestra que tenía razón?
Creo que sí. Sin embargo, no estaba sola en esa evaluación. Hay muchos líderes de salud pública que destacaron los peligros de una pandemia durante mucho tiempo y trabajaron para contrarrestarlos.
Hay muchas personas que estaban trabajando para crear conciencia y mejorar la preparación de nuestra nación sobre cómo responder.
¿Y cómo observa ahora la forma en que EE.UU. está respondiendo a este brote de covid-19?
Muchas cosas aún deben hacerse, como el rápido desarrollo de pruebas de diagnóstico, porque aún debemos ser capaces de intentar tomar medidas de salud pública en los puntos críticos emergentes.
Todavía necesitamos desarrollar un sistema en el que podamos integrar información sobre los tests, por lo que debemos encontrar el modo de facilitar que se realicen las pruebas a los pacientes y que los resultados se difundan entre quienes necesitan conocerlos.
Todavía necesitamos un sistema que adecúe mejor el suministro limitado de elementos como equipos de protección personal y respiradores donde más se necesitan, para tener la asignación de recursos más justa y eficiente.
Necesitamos seguir aumentando las capacidades de ensayos clínicos, para evaluar más rápido los distintos tipos de medicamentos experimentales en desarrollo. No estoy hablando de cosas que se dan para uso compasivo, estoy hablando de ciencia real, ensayos reales, curas reales.
Necesitamos seguir identificando la mejor estrategia de salud pública para frenar la propagación de enfermedades en áreas que han sido duramente afectadas.
Y puede seguirse desarrollando capacidad en los hospitales para atender a las personas enfermas.
Hay tanto que hacer…
¿Cuánto puede empeorar la situación en EE.UU. en las próximas semanas?
Creo que lo estamos viendo en Nueva York, donde la situación es muy difícil: ahí la densidad de población es mayor que en otras áreas.
Y creo que el peor de los escenarios es cuando la demanda de asistencia excede las capacidades del sistema médico para brindar la atención, a pesar de un aumento significativo, porque es cuando comenzaremos a perder vidas y sería una situación muy trágica.
¿Está de acuerdo con la idea de que el coronavirus ha expuesto la vulnerabilidad de EE.UU. a una guerra biológica?
La estrategia nacional de biodefensa que desarrollamos y publicamos llama a tomar medidas para mitigar las amenazas a la salud, independientemente de su origen.
Entonces, no importa fundamentalmente si es una infección natural, la liberación deliberada de un patógeno o una liberación accidental de laboratorio, porque lo que importa es preservar la vida, mitigar los impactos en la salud.
Sabíamos que existe vulnerabilidad, pero los sistemas fundamentales son los mismos para todos, sin importar el origen de la amenaza.
¿EE.UU. podría haber estado mejor preparado y responder mejor a esta crisis si mantuviera la oficina de seguridad sanitaria global en el Consejo de Seguridad Nacional?
Creo que tener el talento y la experiencia adecuada en esos niveles de gobierno para coordinar los esfuerzos es más crítico que cómo están organizados.
¿No fue una decepción para usted que su oficina fuera desmantelada?
No. Estaba muy acostumbrada a las reorganizaciones y nunca dejé que eso afectara mi capacidad para trabajar.
Entonces no puedo apoyar la narrativa de que la reorganización de la oficina tuvo un impacto perjudicial.
Hay muchas personas con las que he trabajado y cuyas posiciones valoro que tienen una opinión diferente. Pero no la comparto.
El presidente Trump dijo que quería reabrir EE.UU. para Pascua, el 12 de abril (aunque luego extendió las restricciones por el coronavirus hasta el 30 de abril). ¿Era realista su fecha inicial?
No creo. Creo que es muy importante proteger la salud pública, la vida de nuestros ciudadanos.
Y es importante que tengamos una estrategia para controlar la epidemia, que nos aseguremos que nuestros hospitales estén bien equipados en términos de personas y recursos para poder manejar el aumento de pacientes.
Sabemos muy bien que cuando volvamos a la vida normal, el número de casos volverá a subir. Entonces tenemos que prepararnos para eso.
¿Y cuál es su opinión en general sobre la forma en que el presidente Trump maneja esta crisis?
No comentaré sobre eso.
¿Qué aconsejaría a los gobiernos de América Latina? ¿Está preocupada por el impacto que este virus puede tener en la región?
Lo estoy. Esperemos que haya un impacto estacional beneficioso, para que puedan tener toda la ayuda posible.
Pero no podemos contar con eso. Y tienen la responsabilidad de cuidar a sus pacientes y a la población, velar por la buena salud.
Esta es una enfermedad realmente grave. Y existen herramientas que pueden implementarse para mitigar su impacto.
Les diría que realmente necesitan prestar atención a los consejos de la OMS y la OPS en particular, para tomar medidas y ser un ejemplo para el resto del mundo sobre cómo se puede contener la enfermedad.
Es tiempo de brillar, no de negar.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, minimizó la gravedad de esta pandemia, comparándola con un “resfriadito” y criticando el cierre de las escuelas. ¿Qué opina de eso?
Es realmente importante que los gobiernos tengan la responsabilidad de mitigar la pérdida de vidas y apoyar la salud pública.
Lo más importante en este momento es evitar una situación en la que la epidemia esté creciendo tan rápidamente que los hospitales no puedan seguirle el paso. Eso es lo más peligroso, porque es cuando comenzamos a perder gente innecesariamente.
No es una enfermedad fácil de atender.
Mis amigos que trabajan en hospitales y cuidados intensivos dicen que es una enfermedad prolongada, grave.
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