De trabajar en una pescadería a lo más alto del ciclismo mundial: La historia de Jonas Vingegaard, el ganador del Tour de Francia
El danés de 25 años destacó también por su fair play.
PARÍS – Jonas Vingegaard se subió a lo más alto del ciclismo mundial. El danés de 25 años ganó el Tour de Francia y con ello su primera gran vuelta.
Su historia es particular. Nacido en diciembre de 1996 en Hillerslev, Dinamarca, Vingegaard es un experto escalador y su vínculo con el ciclismo nace de muy chico.
En 2006, tenía 10 años cuando el Tour pasaba cerca de Dinamarca. Sus padres lo llevaron a ver la etapa y quedó maravillado.
Allí fue cuando fue invitado por un club de ciclismo local y no paró más. En 2011 el Giro y el Mundial pasaron por su país y Vingegaard seguía puliéndose como un natural escalador.
Paralelo a eso, trabajaba en una pescadería cerca del puerto de Hanstholm.
«Me gustaba hacer eso incluso si tenía que despertarme a las cinco de la mañana. Fue un poco relajante ya que no tuve que pensar demasiado. Solo tenía que hacer pedidos de soles y bacalaos, cuidar las facturas y las subastas», dijo a la Gazzetta dello Sport.
Además, apuntó que «no necesitaba trabajar, pero aún no sabía si podría convertirme en ciclista profesional. Solo corría en Dinamarca un par de días a la semana y de esta manera podía mantenerme ocupado sin aburrirme».
Vingegaard es hincha del Liverpool y también practicó balonmano, natación e incluso bádminton.
Su primera escalada fue a los 16 años en Italia. Lo fichó el equipo Jumbo-Visma en 2018, cuando vio que el danés conseguía un récord en un entrenamiento en España.
Su mejor desempeño había sido un segundo lugar en el Tour de Francia 2021, escoltando a Tadej Pogacar, quien fue segundo ahora en 2022.
Deportividad máxima
Vingegaard, más allá de sus capacidades como ciclista, destacó y fue sumamente elogiado por su deportividad y fair play.
Fue líder desde la etapa 11 y nunca más soltó la punta.
En la etapa 18, eso sí, un gesto suyo dio la vuelta al mundo. En el descenso de Col de Spandelles, su rival Pogacar cayó al asfalto en una curva difícil.
El esloveno se levantó rápidamente para seguir pedaleando, pero Vingegaard lo esperó y no sacó réditos de esa situación. Luego de ese episodio, un apretón de manos fue la imagen que quedó para la posteridad.
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