Defensores de educación superior en EEUU celebran apoyo a instituciones al servicio de hispanos
Melissa Camacho estudiante de administración de empresas en el City College del Mission Center de San Francisco cree que faltan recursos para los estudiantes hispanos que no son hablantes nativos de inglés.
SAN FRANCISCO – Los defensores de la educación superior en las comunidades latinas dicen sentirse optimistas respecto a un nuevo esfuerzo federal para apoyar a cientos de universidades y otras instituciones de educación superior locales.
Las instituciones al servicio de los hispanos (HSI, por sus siglas en inglés) —que son escuelas sin fines de lucro con una matrícula de estudiantes de licenciatura a tiempo completo que es al menos una cuarta parte hispana— son vitales para los objetivos de equidad en oportunidades educativas y económicas, según la Casa Blanca. Ese es el ímpetu detrás de la reciente orden ejecutiva del presidente Joe Biden que establece una iniciativa para incrementar la financiación a las HSI y crear una junta de asesores sobre las HSI.
Dado que los hispanos representan casi las tres cuartas partes del aumento de población del país, según estimaciones de población de 2022 a 2023 de la Oficina del Censo de Estados Unidos, los líderes de la educación superior instan al presidente a difundir la nueva iniciativa dado su potencial para ayudar a los estudiantes hispanos a ponerse al nivel de sus compañeros de otros orígenes.
“Es muy importante para el país contar con este tipo de desarrollo nuevo a nivel nacional”, dijo Antonio R. Flores, presidente y director general de la Hispanic Association of Colleges and Universities, un grupo de defensa sin fines de lucro.
“Sabemos que las implicaciones de esto también son enormes para la nación” porque los latinos son un grupo demográfico de rápido crecimiento, “y esto se refleja en la matrícula de educación superior”, agregó Flores, cuyo grupo espera que la Casa Blanca celebre una ceremonia formal en septiembre para promover la iniciativa para las HSI.
La orden de Biden tiene como objetivo fortalecer la capacidad de las HSI para brindar educación de alta calidad, beneficiarse de los programas federales existentes e incrementar la movilidad educativa y económica de sus estudiantes.
Las más de 500 HSI en Estados Unidos y Puerto Rico atienden a más de 4,7 millones de estudiantes cada año, según datos federales. Muchos estudiantes son de bajos ingresos y casi un tercio son elegibles para becas Pell, que son becas federales para estudiantes necesitados.
A diferencia de las universidades e instituciones de educación superior históricamente negras o tribales de indígenas estadounidenses, que reciben su designación con base en su misión, cualquier universidad e institución de educación superior puede recibir la etiqueta de HSI —y el dinero federal relacionado a ella— si su matrícula latina alcanza al menos el 25% del cuerpo estudiantil.
Entre las HSI más destacadas se encuentran la Universidad de California en Riverside, que tiene la designación desde 2008; la Universidad Estatal de California en San Bernardino, que la tiene desde 1994; y la Universidad de Texas en Austin, que obtuvo su designación en 2020. Algunos exalumnos notables de HSI incluyen a la actriz y activista Eva Longoria, la organizadora sindical y activista Dolores Huerta, y Arturo Moreno, propietario del equipo profesional de béisbol Amgelinos de Los Ángeles.
Un informe de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés) de este año encontró que las HSI tienen necesidades extensas de instalaciones e infraestructura digital, y dificultades para satisfacer esas necesidades debido a la insuficiente financiación estatal y al aumento de los costos de la construcción.
Lizette Galaviz, estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad de Texas Rio Grande Valley, dijo que la escuela hace un buen trabajo para satisfacer las necesidades de ayuda financiera de los estudiantes hispanos. Desde 2022, la escuela ha cubierto la matrícula y las cuotas obligatorias para los estudiantes de familias cuyos ingresos son de 125.000 dólares o menos.
Galaviz reportó que debido a la ayuda financiera que recibe de la escuela, ella y muchos de sus compañeros de clase se graduarán con poca o ninguna deuda. Pero a pesar de la generosa ayuda, la escuela tiene mucho margen de mejora, incluidas sus capacidades de investigación, agregó.
“Mejorar la infraestructura y los recursos que tenemos sería algo que me gustaría ver”, dijo Galaviz. “Creo que la equidad educativa es muy importante. No es ningún secreto que el valle del Río Grande es una de las zonas más empobrecidas”.
Estas instituciones son fundamentales para ampliar la cantidad de latinos que se dedican a los campos STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), según funcionarios de la Casa Blanca.
Las HSI “juegan un papel crucial para garantizar que los latinos tengan acceso a la clase media y puedan cumplir sus aspiraciones”, dijo Neera Tanden, asesora de política interna de la Casa Blanca, en una declaración a The Associated Press. “La orden ejecutiva del presidente fortalecerá estas instituciones cruciales e incrementará su capacidad para proporcionar movilidad económica a todos sus estudiantes”.
Los hispanos —que pueden ser de cualquier raza— son el segundo grupo demográfico más grande del país. Su población creció el año pasado en aproximadamente 1,2 millones, a 65,2 millones, lo que significa que representan casi una quinta parte de la población total, según estimaciones del censo.
Anne-Marie Núñez, directora ejecutiva del Natalicio Institute for Hispanic Student Success (Instituto Natalicio para el Éxito de los Estudiantes Hispanos) en la Universidad de Texas El Paso, dijo que la orden ejecutiva es solo un paso para atender mejor a los estudiantes en las HSI que, al igual que las universidades y las instituciones de educación superior históricamente negras (HBCU, por sus siglas en inglés) y las universidades tribales, carecen de recursos y de infraestructura.
Tanto Núñez como Flores opinaron que el consejo asesor de 21 miembros debería incluir a líderes hispanos de varios sectores. Núñez agregó que es importante que las universidades rurales y la comunidad puertorriqueña —con frecuencia pasada por alto a nivel federal— no se olviden cuando se realice la selección.
“Este es un avance positivo, no solo para las HSI sino para la nación”, declaró Núñez. “Si esta orden se implementa bien, debería ampliar las oportunidades para que los estudiantes y el personal docente de las HSI generen trayectorias profesionales y promuevan el bienestar económico y social”.
Melissa Camacho, quien estudia administración de empresas en el City College de San Francisco, dijo que cree que faltan recursos para los estudiantes hispanos que no son hablantes nativos de inglés. Incluso en el Mission Center, un campus satélite de su universidad donde la mayoría de los estudiantes son hispanos y hablan español, cierta información sobre los programas de apoyo está impresa o se ofrece solo en inglés, reportó.
“En realidad, la mayoría de los estudiantes no saben qué oportunidades existen”, expuso Camacho. “El apoyo está ahí, solo que no nos lo dicen”.
Camacho encontró un programa que ayuda a los estudiantes a navegar por el proceso de transferencia a una universidad de cuatro años, así como un club dirigido por estudiantes que ayuda a los hispanoparlantes a navegar por la inscripción a clases, la ayuda financiera y los cambios relevantes en las políticas gubernamentales.
“Hay muchos estudiantes como yo que quieren continuar con su educación, pero no tenemos la información y nos desanimamos”, dijo Camacho, quien sabía poco sobre la nueva iniciativa presidencial para las HSI. “Si hubiera más gente que nos dijera que hay becas disponibles, podríamos demostrar que queremos continuar la escuela”.
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