El COVID-19 pone al límite el sistema de salud de California
La asistente de aboratorio de flebotomías Jennifer Cukati, a la derecha, y la enfermera Carina Klescewski, a la izquierda, atienden a un paciente de COVID-19 en la UCI del Centro Médico Sutter Roseville Medical Center en Roseville, California, el martes 22 de diciembre de 2020.
LOS ÁNGELES – El sistema de salud de California se está viendo sobrepasado por el mayor brote de coronavirus del país y podría colapsar en cuestión de semanas si la gente ignora el distanciamiento social durante las fiestas de fin de año, según advirtieron las autoridades sanitarias mientras el número de personas que necesitaban camas y cuidados especializados se disparaba a niveles antes inimaginables.
Los directivos de los principales sistemas hospitalarios del estado -Kaiser Permanente, Dignity Health y Sutter Health, que en total cubren a 15 millones de californianos- indicaron el martes que su personal está cada vez más agotado, a menudo cargado con deberes fuera de sus tareas habituales, y atiende a pacientes de COVID-19 en pasillos y salas de conferencias.
La doctora Elaine Batchlor, directora general del Hospital Comunitario Martin Luther King Jr. en Los Ángeles, dijo que habían llegado a colocar pacientes en la tienda de obsequios y en cinco carpas ante la unidad de urgencias.
“No tenemos hueco para nadie. Llevamos días reteniendo pacientes porque no podemos trasladarlos, no podemos conseguirles camas”, dijo el doctor Alexis Lenz, médico de urgencias el Centro Médico Regional El Centro en el condado Imperial, en el extremo sureste del estado. El centro ha colocado una carpa para 50 camas en su estacionamiento y reconvertido tres quirófanos en salas para pacientes del virus.
California se acercaba a los dos millones de casos confirmados de COVID-19. El estado reportó el martes casi 32.700 nuevos pacientes. Otros 653 enfermos fueron ingresados en hospitales, en uno de los mayores aumentos diarios de hospitalizaciones, para un total que se acercaba a los 18.000.
Los modelos de datos estatales predecían que las hospitalizaciones podrían alcanzar las 100.000 mensuales si continuaba la tendencia actual.
Aún más preocupante que la falta de camas era la escasez de personal. La bolsa de enfermeras disponibles para desplazarse se estaba acabando, ya que la demanda por estas profesionales se disparó un 44% en el último mes. California, Texas, Florida, Nueva York y Minnesota fueron los estados con más solicitudes, según la firma de recursos humanos del sector sanitario Aya Healthcare.
“Ahora estamos en una situación en la que tenemos repuntes en todo el país, de modo que nadie tiene enfermeras de sobra”, dijo la doctora Janet Coffman, profesora de política pública en la Universidad de California en San Francisco.
California está acudiendo a lugares como Australia y Taiwán para llenar las plazas de 3.000 trabajadores médicos temporales, especialmente enfermeras con formación de atención a pacientes graves.
Los brotes en todo Estados Unidos se atribuían a la falta de distanciamiento social y de uso de mascarillas durante Acción de Gracias, y las autoridades temían un repunte aún peor si la gente se reunía por Navidad y Año Nuevo.
El condado de Fresno, en el agrícola Central Valley de California, está en una situación desesperada. El doctor Thomas Utecht, director médico de los Centros Médicos Comunitarios Fresno, describió cómo el personal veía a diario a familias deshechas en lágrimas, pacientes desesperados y gente muriendo en zonas de aislamiento mientras sus familias lo veían a distancia.
Médicos y responsables médicos suplicaron a la gente que evitara reuniones más allá de su familia inmediata.
“Si la gente no se queda en casa (…) vamos a ver algo que me resulta difícil incluso imaginar”, dijo el doctor Patrick Macmillan, especialista en cuidados paliativos en el condado de Fresno. “Creo que romperá el sistema sanitario”.
Se hicieron advertencias similares en todo el país. Desde Tennessee, que sufre el peor aumento del país en los casos per capita, a Mississippi y Virginia Occidental, que el martes batieron sus récords de muertes asociadas al virus en un día.
El impacto del COVID-19 no se limita a los infectados. La falta de camas o enfermeras implica que en las salas de urgencias también hay largas esperas para otros pacientes, como los de ataques al corazón o lesiones de traumatología, y que los paramédicos que esperan a que una enfermera de urgencias se haga cargo de su paciente no pueden responder de inmediato a otro aviso de emergencias, explicó la doctora Anneli von Reinhart, médica de urgencias en el Centro Médico Regional Comunitario en el centro de Fresno.
En medio del repunte, la distribución de miles de dosis de la vacuna contra el COVID-19 a personal sanitario muestra algo de luz al final del túnel, pero “también parece que el túnel se está estrechando”, dijo el doctor Rais Vohra, responsable médico interino en el condado de Fresno.
“Es una carrera contra el tiempo para intentar sacar a la gente del túnel de la forma más segura posible”, dijo. “Por eso ahora mismo se siente como estar trabajando en el frente”.
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