El «derecho de retirada»: La nueva preocupación para el Gobierno francés por el coronavirus
La paralización de atractivos turísticos como el Museo del Louvre o del transporte público por parte de los trabajadores mantiene en alerta a la administración gala.
PARÍS – El Gobierno francés se encuentra enfrentando un problema adicional en la gestión de la crisis del coronavirus por el llamado «derecho de retirada», al que se han acogido algunos trabajadores, como los del Museo del Louvre o los conductores de buses del transporte público, que se consideran expuestos al contagio.
El Ejecutivo galo está intentando evitar que esa práctica se propague aún más, en particular en el transporte, lo que podría generar un caos si millones de personas se vieran afectados por la suspensión del funcionamiento de los servicios de metro, tren, tranvía o buses.
La ministra de Transportes, Elisabeth Borne, y el titular de Salud, Olivier Véran, han insistido en que ese derecho de retirada no se aplica en las empresas que cumplen con sus consignas.
Conflictos en el Louvre y en el transporte
El Museo del Louvre estuvo el domingo y el lunes cerrado (el martes es el día de cierre semanal) porque sus empleados criticaron que la gerencia no había tomado las decisiones adecuadas con la situación, teniendo en cuenta de que cada año reciben a unos 10 millones de personas.
Los trabajadores aseguran que los ampara un artículo del Código Laboral que garantiza ese derecho a ausentarse del trabajo cuando hay «un motivo razonable para pensar que representa un peligro grave e inminente para su vida o su salud».
Lo mismo pasó el lunes y este martes con al menos dos centenares de conductores de buses del transporte público de la zona de Essonne en París, se negaron a conducir y pidieron medidas de higiene (entre otras cosas tener de guantes) porque se sienten vulnerables al manejar los vehículos con decenas de personas.
Por su parte, la dirección de la empresa concesionaria del servicio, Keolis, asegura que les entregó a los empleados gel antiséptico y que los buses se desinfectan cada noche.
El «derecho de retirada», a diferencia del de huelga, no necesita la presentación de una advertencia previa, sino que solo se necesita declarar el riesgo que corre el trabajador por mantenerse en su puesto de trabajo.
Además, también a diferencia de la huelga, tampoco afecta en la pérdida de salario y el trabajador no puede ser obligado a reanudar la actividad mientras estime que persiste el peligro.
Pero la empresa puede acudir a la instancia de juicios laborales si considera que ha habido un uso abusivo, y si los jueces le dan razón, el trabajador se expone a una retención de salario, pero también a una sanción que puede llegar al despido.
Según cifras oficiales, hasta el lunes en la noche se tenían registrados 191 diagnosticados de coronavirus en Francia, tres muertos y un centenar de personas hospitalizadas.
El Gobierno no ha querido hasta ahora activar el tercer nivel de alerta, que correspondería al reconocimiento de la epidemia, aunque Véran ha admitido que esa situación ya «se perfila».
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