El discurso de Trump ante el Congreso de esta noche será una explicación del rápido comienzo de su segundo mandato

WASHINGTON – La última vez que el presidente Donald Trump subió al podio de la Cámara de Representantes para pronunciar un discurso ante el Congreso, llegó recién acusado, un nuevo y misterioso virus estaba empezando a propagarse y los demócratas acababan de comenzar el proceso de nominación de su rival.

Cinco años después, el panorama político ha cambiado drásticamente.

Desde que asumió el cargo por segunda vez, Trump ha supervisado una reestructuración drástica del gobierno federal, en gran parte de la mano de su principal asesor Elon Musk, y los republicanos tienen el control total del Congreso. Ha trastocado el orden geopolítico y sacudido las alianzas estadounidenses mientras busca un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, un tema que dijo el lunes que abordaría en el discurso.

Pero cuatro meses después de convertirse en el primer republicano en dos décadas en ganar el voto popular, Trump enfrenta una nueva realidad: la necesidad de abordar algunos de los desafíos más persistentes que esperan a cualquier nuevo presidente y cumplir con sus promesas de campaña de bajar los precios.

Los asesores de Trump son muy conscientes de la rapidez con la que pueden cambiar los vientos políticos en Washington y han hecho de la rapidez su prioridad a la hora de impulsar su agenda. El propio Trump ha aprendido de su primer mandato la lección de no esperar el momento adecuado para cumplir sus promesas. En cambio, firma decretos casi todos los días, a veces decidiendo sólo unos minutos antes en cuál de ellos va a poner su firma.

Su discurso ante una sesión conjunta del Congreso el martes por la noche servirá como una extensión —y una explicación— de los 43 días de su nuevo mandato. También se enfrentará a su mayor audiencia hasta el momento para explicarles a los republicanos sus exigencias de convertir su agenda en ley, cuyo resultado determinará en última instancia el éxito de su presidencia.