El renacer de la cueca, el emblemático baile nacional de Chile (y su expansión en otros países de América Latina)

Si no sabes lo que es una cueca, te recomiendo que para leer este artículo reproduzcas las canciones “El Guatón Loyola”, escrita por Alejandro Gálvez, o “La Consentida”, de Jaime Atria.

SANTIAGO DE CHILE – Es probable que gran parte de los chilenos las reconozcan, sobretodo en el mes de septiembre, cuando se celebran las Fiestas Patrias.

Y es que estas melodías se oyen en cada feria, restaurante, plaza o evento del país. Y basta un pañuelo blanco (o, en el peor de los casos, una servilleta) para comenzar a bailarlas.

Con su ritmo único, vueltas, medias vueltas y zapateo, la cueca es un símbolo cultural importante para los chilenos, quienes la declararon su danza nacional en 1979. Se dice que en sus letras está la historia no oficial del país.

Pero no es única de Chile: también tiene presencia en otros países de la región, como Bolivia, Perú, Argentina y México, donde se baila bajo denominaciones diferentes.

¿Cuáles son las principales características, origen e historia de esta danza? Aquí te lo contamos.

Características

La cueca es una danza que tradicionalmente se baila en parejas. El hombre cumple el rol de conquista mientras la mujer adquiere una postura más esquiva.

Los bailarines trazan figuras circulares, con vueltas y medias vueltas al ritmo de compás de 6/8 y 3/4.

“El hombre es el que persigue a la mujer, rodeándola. Se dice que alude a lo que le hace el gallo a la gallina, mostrándole sus plumas”, le explica a BBC Mundo el músico chileno Cuti Aste.

La guitarra y el pandero son los instrumentos base de la cueca. También se usan el acordeón, el piano y el bajo, entre otros.

Hay diferentes tipos de cueca. En Chile, las más conocidas son la tradicional (o huasa), que se asocia a la cultura campesina y para la cual los bailarines se suelen vestir con el traje de huaso o huasa, y la urbana, que nació después, alrededor de la década de 1930, impulsada por la migración del campo a la ciudad.

Pero también hay otros géneros y subgéneros.

“Según la forma en la que la clasifiquemos es el tipo de cueca que encontramos. Es decir, si dividimos por región, nos encontraremos con la versión cueca chilota, cueca centrina o nortina. Si hacemos división por estilo, tenemos cuecas más románticas o más políticas”, le explica a BBC Mundo el etnomusicólogo y académico Christian Spencer.

La historiadora experta en cultura popular y folclor Karen Donoso, afirma que la cueca es un estilo musical y una danza “muy versátil”.

“Hay cuecas nacionalistas, de izquierda, campesinas, revolucionarias, románticas, de desamor, de venganza o de fantasía”, dice.

Aun así, advierte que, independiente del tipo de cueca, todas respetan la estructura fija de su poesía.

“La forma poética con sus versos, sílabas, seguidillas y remate se respeta. Y también se mantiene el ritmo”, afirma Donoso.

Cuti Aste coincide. “Hay que saberla bailar porque tiene sus normas”, dice.

Origen

Pero ¿de dónde viene la cueca?

Es una pregunta difícil de responder pues no hay un consenso académico al respecto.

Sin embargo, existen varias teorías.

Una de ellas apunta a una raíz africana. El historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna (1881–1886) aseguraba que la cueca había sido traída por los “esclavos negros” que pasaban por Chile -específicamente por la ciudad de Quillota, en la región de Valparaíso- para ir luego a Perú, donde estaba el virreinato.

Vicuña Mackenna decía que su palabra originaria era “zambaclueca”. Los esclavos la habrían bailado en plazas públicas y luego los chilenos le habrían sumado características propias.

Otra de las teorías afirma que la cueca tiene una importante influencia arábigo-andaluza, y que habrían sido los andaluces quienes la trajeron en el período de la conquista de América. También hay quienes creen que viene de los propios indígenas mapuches que habitaban Chile mucho antes de que llegaran los españoles.

De acuerdo con otros historiadores, como el cronista del siglo XIX José Zapiola, esta danza está precedida por la “zamacueca peruana”, originada durante el virreinato, y que también es la base de otros bailes importantes latinoamericanos como la marinera (Perú) o la chacarera (Argentina). Esta teoría ha logrado reunir un alto consenso.

“Según Zapiola y otros investigadores, la zamacueca sale de Lima, viaja a Santiago, y desde Santiago llega hasta Mendoza, a la provincia de Cuyo”, explica el académico Christian Spencer.

“Y al mismo tiempo que sale hacia Chile, sale a Bolivia y se convierte en baile nacional, y también llega al norte de Argentina”, agrega.

En sus escritos, Zapiola asegura que cuando salió de Chile a Argentina en 1824, “no se conocía” la zamacueca en Chile.

“A mi vuelta, mayo de 1825, ya me encontré con esta novedad”, escribió el cronista. Por eso es que hoy muchos están celebrando los 200 años de la presencia de la cueca en Chile.

Expansión de la cueca en América Latina

De todas maneras, en todos estos países -incluyendo Perú, Bolivia, Argentina y Chile- el baile adquirió sus propias características.

Christian Spencer afirma que en Perú pasó a llamarse “marinera” tras la Guerra del Pacífico (1879 – 1884).

“La marina peruana, particularmente un cronista de la marina, propuso que la zamacueca debía llamarse marinera en honor a la marina”.

“Y después de la invasión de Chile en Lima, que fue muy cruel y extensa, se consideró que esto era necesario y se le cambió el nombre”, indica.

“Luego, en el caso de Bolivia, la cueca adquirió otras características musicales, distintas a las de Chile. Se mantuvo la cuarteta octosilábica pero se eliminó la seguidilla. Es una cueca más pausada y lenta”, añade.

Actualmente, la “cueca boliviana” es de gran importancia para la cultura de ese país. Tanto, que fue declarada como patrimonio cultural en 2015.

Finalmente, cabe mencionar la “cueca chilena” que existe en México.

Spencer explica que “la documentación muestra que en la década del 40 del siglo XIX, viajeros chilenos fueron a la costa de Guajaca, en el Estado de Guerrero, donde bailaron cueca”.

“Los mexicanos la absorbieron y la bautizaron como chilena. Hasta el día de hoy existe con sus reminiscencias chilenas”, añade.

Cueca “chora” y cueca “brava”

Pero más allá de su origen, lo que sí está claro es que la cueca, en la forma en que se la conoce hoy en Chile, se consolidó a fines del siglo XIX.

“Es en ese momento cuando se fortalece la fórmula que hoy tiene y empieza a denominarse cueca”, dice la historiadora Karen Donoso.

Es así como poco a poco se empezó a bailar en las cantinas o chinganas, centros de la fiesta popular, y también en los salones de la aristocracia.

Rápidamente se convirtió en un símbolo del baile nacional chileno. De hecho, hay documentación que muestra que ya por esos años se bailaba en honor a las autoridades del país.

Con la aparición de la radio, en 1922, la cueca agarró aún más impulso.

“Adquirió mucha importancia apareciendo en los medios y asociándose con lo tradicional”, explica Spencer.

De esta manera, comienzan a crearse melodías propias y originales, utilizando instrumentos como la guitarra, el pandero y el arpa, y el golpeteo de las manos.

Hay otros hitos que vale la pena mencionar, según los expertos consultados por BBC Mundo.

Entre ellos, la aparición de la “cueca chora”, a mediados de la década de 1960. Su autor e intérprete más reconocido es Roberto Parra -popularmente llamado “Tío Roberto”-, hermano de la artista, compositora y cantante Violeta Parra, una de las principales folcloristas de América del Sur.

Según la Biblioteca Nacional de Chile, la cueca chora es un “invento esencialmente urbano, surgido en espacios nocturnos y marginales de puertos y ciudades del Valle Central”.

“En vez de ocuparse de los tópicos del campo, la naturaleza y la vida huasa, habituales en las cuecas convencionales, éstas composiciones pueden narrar asuntos como la vida prostibularia, las noches a la intemperie o la suerte de un presidiario”.

Otro hito relevante es la creación de Los Chileneros, en 1967, un conjunto liderado por Hernán Núñez Oyarce (conocido como Nano Núñez) que se volvió uno de los principales exponentes de la “cueca brava” que, al igual que la “cueca chora”, se aleja de lo campesino y tradicional, y nace desde la marginalidad citadina.

“En los años 60 y hasta 1973 (año del golpe militar en contra del presidente Salvador Allende), hubo músicos de cueca más aguerrida, donde no se hablaba elegantemente de amor, sino de lo que realmente pasa: la delincuencia, el bajo fondo, de la vida en los suburbios, del peligro de la noche, o de la prostitución”, explica Cuti Aste.

Esto generó que la cueca se acercara aún más a los chilenos… hasta que llegó el régimen militar de Augusto Pinochet.

“Apagón cultural”

La cueca fue declarada como el baile nacional de Chile en 1979, bajo la dictadura de Augusto Pinochet.

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Chile, “entre otros argumentos se destacó que dentro de la variada gama de danzas folclóricas chilenas, era ésta la de mayor nivel de difusión y de más profunda significación histórica”.

Esto le dio un impulso a algunos clubes de huasos, mientras se obligó a las escuelas a enseñar a bailar cueca.

A pesar de ello, historiadores coinciden en que durante este período hubo un “apagón cultural” que también afectó al desarrollo del folclor.

“La mayoría de los artistas estaban en contra de Pinochet, querían denunciar lo que estaba pasando. Entonces la cultura no le convenía a la dictadura. Además el toque de queda mato y sepultó a la vida nocturna. Y con eso desapareció el folclor también”, explica Cuti Aste.

En ese contexto, surgieron algunas cuecas de protesta, explica la historiadora Karen Donoso, como la “cueca sola”, creada por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), que se baila solamente por una mujer, sin pareja, para simbolizar la pérdida de seres queridos y el duelo de su búsqueda.

Pero con la vuelta de la democracia, en 1990, la cueca volvió a tener un impulso importante.

“Comenzaron a revalidarse espacios que se consideraban antiguos o populares. Se recuperaron restaurantes y espacios con música en vivo. Y eso le dio un impulso, sobretodo a la cueca urbana”, explica Christian Spencer.

El renacer de la cueca

Así, en los últimos 30 años, la cueca ha ido adquiriendo cada vez más fuerza.

“Ha sido un proceso interesante porque ya no se practica sólo para rendirle tributo a la patria sino también como una expresión artística”, afirma Karen Donoso.

“Ya se logró dar el paso generacional. Hoy, muchos jóvenes chilenos la conocen como una práctica viva, en la calle, en las fiestas. Eso hizo que se crearan comunidades cuequeras que se han multiplicado desde el 2010 en adelante”, agrega.

En esto ha sido importante la participación de artistas reconocidos chilenos con la cueca.

Por ejemplo, la banda de rock Los Tres ayudó a masificar el legado del folclorista Roberto Parra, al incluir en su repertorio parte de sus composiciones. Los Tres tocaron dos cuecas en el “Unplugged” de la cadena MTV, en 1995, cuya grabación fue récord de ventas en Latinoamérica.

“La juventud chilena, que amaba a Los Tres, se reencantó inmediatamente con la cueca”, dice Cuti Aste, quien fue miembro de este grupo musical.

La banda también creó «La Yein Fonda», instancia popular que se instaló para celebrar las Fiestas Patrias en septiembre y que por primera vez unió a cuequeros, cumbiancheros y rockeros sobre un mismo escenario.

“Marcamos una pauta que luego fue seguida por personajes como Daniel Muñoz”, dice Cuti Aste, en referencia a uno de los actores más importantes de Chile y un exponente actual de la cueca brava.

“La cueca se ha mediatizado, se ha transmitido por más medios que nunca antes en la historia. Hay programas de radio dedicados a la cueca, y una explosión de libros e investigaciones al respecto”, señala Karen Donoso.

La mujer también ha ido adquiriendo un papel más importante. Ya no sólo esquiva a su pareja de baile, sino que se involucra de manera más activa.

“También han surgido conjuntos de mujeres, solistas. Ellas han ayudado a la expansión del repertorio musical, sin duda”, dice Christian Spencer.

En estos días, cuando los chilenos celebran la conformación de la Primera Junta Nacional de Gobierno en 1810, muchos ya están lustrando sus zapatos para bailar un paso de cueca.

Es una danza única y compleja que ha acompañado a la historia de Chile y que es catalogada como el “símbolo más puro” de su identidad.

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