El Supremo envía al banquillo a Bolsonaro por el intento de golpe de Estado en Brasil
El procurador general de Brasil le ha acusado de intentar un golpe que incluía un envenenamiento a su sucesor.
BRASILIA – Con la vista puesta en las elecciones de 2026, el expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha sufrido un importante revés para su candidatura. Pese a todos los intentos de evitar sentarse en el banquillo, una mayoría de jueces del Tribunal Supremo de Brasil ha aceptado este miércoles los cargos contra Bolsonaro por un presunto intento de permanecer en el cargo después de su derrota electoral en 2022. Tres jueces votaron a favor de enjuiciarlo, lo que da luz verde al inicio del proceso contra más de una treintena de acusados.
Los cargos de golpe de Estado por sí solos conllevan una pena de hasta 12 años. Junto con otros delitos de los que se le acusa, Bolsonaro podría ser condenado a 40 años de prisión si es declarado culpable. El político de extrema derecha ha negado en repetidas ocasiones haber actuado mal.
«Existen pruebas razonables que sustentan la denuncia», ha afirmado el relator del caso en el Supremo, el juez Alexandre de Moraes, quien ha señalado que el expresidente brasileño «conocía, manejaba y discutía el borrador» en el que se redactó el plan golpista, en el que también ha implicado al resto de acusados.
Se trata del exministro de Justicia Anderson Torres, de los antiguos responsables de Defensa Walter Braga Netto y Paulo Nogueira; del exjefe de Gabinete de Seguridad, Augusto Heleno Ribeiro, del exdirector de Inteligencia Alexandre Ramagen; del excomandante de la Marina Almir Garnier Santos; y de quien fue su mano derecha, el coronel Mauro Cid.
En su argumentación, De Moraes ha mostrado imágenes de los hechos violentos de aquel día y ha refutado la defensa de Bolsonaro que alegaba que los participantes eran personas religiosas y de edad avanzada. «No se ve ninguna Biblia». No fue aquello un «domingo en el parque», ha aseverado el relator del caso.
«La organización criminal siguió todos los pasos necesarios para deponer al Gobierno legítimamente elegido. Objetivo que, buscado con todo el empeño, no se hizo realidad por circunstancias que los denunciados no consiguieron superar: la resistencia del Ejército y medidas de excepción», ha explicado.
Después de la imputación de Bolsonaro y sus siete socios, tendrá lugar la fase de instrucción, en la que las partes han de recabar pruebas y tomar declaración a testigos, antes de que el tribunal finalmente tome una decisión.
Bolsonaro no ha estado presente durante la votación, que ha preferido seguir por videoconferencia desde la oficina que, como parlamentario, tiene su hijo Flávio Bolsonaro en el Senado, junto a otros aliados.
La Fiscalía acusó a Bolsonaro de intentar impedir de forma coordinada que se cumpliera el resultado de las presidenciales de 2022, si bien «el plan» comenzó en 2021 con otra serie de acciones y declaraciones con las que cuestionaba las decisiones de los tribunales y la limpieza del sistema electoral.
Asimismo, la Fiscalía acusó a Bolsonaro y a otras 33 personas de la existencia de un plan para llevar a cabo no solo un golpe de Estado, sino también los asesinatos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el vicepresidente, Geraldo Alckmin, y el juez del Supremo, Alexandre de Moraes, en el denominado plan ‘Puñal verde y amarillo’.
Todo ello, culminó con una turba de centenares de seguidores del expresidente brasileño, irrumpiendo en la Plaza de los Tres Poderes, atacando y asaltando las sedes del Congreso y el Tribunal Supremo.
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