El viejo conflicto entre Grecia y Macedonia del Norte que revivió por una camiseta en la Eurocopa
La participación de la selección macedonia en el torneo de fútbol no ha pasado desapercibida, al usar en su camiseta una denominación que, según reclama Atenas, viola lo acordado por ambos países en 2018.
BUCAREST – Los fanáticos del fútbol de todo el mundo están, en su mayoría, felices. En medio de la pandemia, tanto Sudamérica como Europa iniciaron el fin de semana sus tradicionales campeonatos de selecciones nacionales, la Copa América y la Eurocopa, respectivamente. Este último torneo, tradicionalmente, llama la atención de todo el planeta, pero hubo un partido en específico que saltó las barreras deportivas y se convirtió en un conflicto diplomático.
El domingo, la selección de Austria venció en Bucarest por 3-1 a su par de Macedonia del Norte, que debutaba en una Eurocopa. El combinado nacional de la ex república yugoslava no sólo hizo historia en lo deportivo: las iniciales bordadas en su camiseta desataron la ira de su vecina Grecia, reviviendo un conflicto que data de hace 30 años y que se creía, en el papel, extinto.
Los reclamos desde Atenas comenzaron días antes del citado encuentro. De acuerdo con las autoridades griegas, el equipo macedonio no puede lucir en sus prendas el acrónimo MKD (Comité Deportivo de Macedonia), ya que, aseguran, no corresponde al nombre actual del país, por lo que debería utilizar otro que se corresponda con su nombre oficial como «NM» (Macedonia del Norte) o «RNM» (República de Macedonia del Norte).
La denuncia de Grecia la formalizó el ministro de Relaciones Exteriores Nikos Dendias, quien envió el domingo una carta a su homólogo de Macedonia del Norte, Bujar Osmani, solicitando que su selección de fútbol cumpla con el Acuerdo de Prespa, por el que se cambió el nombre de esta república exyugoslava.
Este pacto, firmado el 17 de junio de 2018 y que entró en vigor en 2019 tras la aprobación mediante un referéndum en suelo macedonio y el visto verde de los parlamentos de ambos países, puso fin a 27 años de conflicto, luego de la disolución de Yugoslavia.
Ahora, mientras la selección macedonia busca romper los pronósticos y hacer historia en la Eurocopa, sus autoridades disputan un juego diplomático.
El conflicto
Tras su independencia de Yugoslavia, en 1991 nació la República de Macedonia, nombre que desató la ira de Grecia, cuyas autoridades acusaron a su vecino de querer apropiarse la herencia cultural de los reyes Filipo II y su hijo Alejandro Magno.
Por otro lado, los más extremistas temían que esta acción implicase intenciones expansionistas respecto a la región del norte de Grecia también llamada Macedonia.
Debido a esto, Atenas decretó un embargo comercial y vetó durante muchísimos años cualquier intento macedonio de entrar a la Unión Europea y a la OTAN, perjudicando las intenciones de Skopje de incorporarse a la comunidad internacional, con consecuencias económicas y diplomáticas.
Eso llevó a una serie de negociaciones entre griegos y macedonios, las que finalmente llegaron a un acuerdo: el país pasaría a llamarse oficialmente República de Macedonia del Norte, diferenciándose así de la Macedonia griega.
Esto quedó pactado en el Acuerdo de Prespa, firmado el 17 de junio de 2018. Tras la firma, Grecia levantó su veto a la adhesión de Macedonia del Norte a la UE y la OTAN.
El pacto, de todos modos, contó con el rechazo de grupos nacionalistas de ambos países, pero eso finalmente no fue impedimento para que el acuerdo se aprobara en ambos parlamentos y en un referéndum realizado en suelo macedonio, el que de todos modos contó con una baja participación.
Esto daba por enterrado el conflicto, sin embargo, la Eurocopa lo revivió. Habrá que ver si la situación se complica aún más.
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