La CIA intensifica los vuelos secretos de drones sobre México
El programa encubierto, iniciado durante el gobierno de Joe Biden y ampliado por el presidente Donald Trump, busca ubicar laboratorios de fentanilo dijo John Ratcliffe, director de la CIA.
CIUDAD DE MÉXICO – Estados Unidos ha intensificado los vuelos secretos de drones sobre México para buscar laboratorios de fentanilo, como parte de una campaña más agresiva del gobierno de Donald Trump contra los cárteles de la droga, según funcionarios estadounidenses.
El programa encubierto de drones, que no se ha revelado previamente, comenzó bajo el gobierno de Joe Biden, según funcionarios estadounidenses y otras personas familiarizadas con el programa.
Pero el presidente Trump y su director de la CIA, John Ratcliffe, han prometido en repetidas ocasiones una acción más intensa contra los cárteles mexicanos de la droga. Aumentar los vuelos de drones fue un pronto paso inicial.
La CIA no ha sido autorizada a utilizar los drones para llevar a cabo acciones letales, dijeron los funcionarios, añadiendo que no prevén utilizar los drones para llevar a cabo ataques aéreos. Por ahora, los funcionarios de la CIA en México transmiten la información recogida por los drones a funcionarios mexicanos.
Los vuelos se adentran “bastante en el México soberano”, dijo un funcionario estadounidense.
El gobierno mexicano ha tomado medidas para responder a las preocupaciones del gobierno de Trump sobre el fentanilo, desplegando este mes 10.000 soldados en la frontera para frustrar el contrabando. Pero el gobierno de Trump quiere que México haga más para destruir o desmantelar los laboratorios de fentanilo e incautar una cantidad más grande de la droga.
Los drones han demostrado su capacidad para identificar laboratorios, según personas conocedoras del programa. Los laboratorios de fentanilo emiten sustancias químicas que facilitan su localización desde el aire.
Sin embargo, durante el gobierno de Biden, el gobierno mexicano tardó en tomar medidas contra los laboratorios identificados por los estadounidenses, aunque sí utilizó la información para efectuar detenciones, según dos de los funcionarios.
Todos los funcionarios hablaron con la condición de que no se utilizaran sus nombres para poder hablar de un programa de inteligencia clasificado y de la delicada diplomacia entre México y Estados Unidos.
Los vuelos de vigilancia ya han causado consternación en México, que desde hace tiempo recela de su vecino del norte tras múltiples invasiones y apropiaciones de tierras por parte de Estados Unidos.
Además de los esfuerzos de la CIA, el Comando Norte del ejército estadounidense también está ampliando su vigilancia de la frontera. Pero el ejército estadounidense, a diferencia de la agencia de espionaje, no entra en el espacio aéreo mexicano.
Hasta ahora, el Comando Norte ha realizado más de dos decenas de vuelos de vigilancia sobre la frontera sur utilizando diversos aviones de vigilancia, como los U-2, los RC-135 Rivet Joints, los P-8 y drones, dijo un alto cargo militar estadounidense, quien habló bajo condición de anonimato para hablar de cuestiones operativas.
El ejército también ha creado un grupo especial de inteligencia de 140 analistas, situado cerca de la frontera, para analizar la información recogida por los vuelos de vigilancia y otras fuentes, dijo el Comando Norte en una declaración este mes.
El general Gregory M. Guillot, jefe del Comando Norte, dijo al Senado la semana pasada que los analistas proporcionan información de inteligencia que “persigue a las redes de cárteles que impulsan la producción y distribución de fentanilo y lo empujan a través de la frontera”.
En respuesta a las preguntas de los legisladores, el general Guillot dijo que la inteligencia se compartía con las autoridades mexicanas para ayudarles a “hacer frente a la violencia de los cárteles en términos del envío de más soldados”. El general Guillot dijo que su comando había incrementado la recopilación de información de inteligencia para realizar “progresos rápidos contra esta amenaza”.
Al verse cuestionada sobre los comentarios del general Guillot, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que la soberanía mexicana “no es negociable, y nosotros siempre vamos a coordinar sin subordinar”.
Funcionarios de la Casa Blanca, la CIA y el Pentágono declinaron hacer comentarios sobre el programa secreto de inteligencia.
Trump firmó una orden ejecutiva el 20 de enero en la que pedía medidas enérgicas contra los principales cárteles. Esta semana, su gobierno tiene previsto designar a media decena de cárteles y grupos delictivos de México como organizaciones terroristas extranjeras.
La designación otorga al gobierno estadounidense amplios poderes para imponer sanciones económicas a los grupos y entidades vinculados a ellos. Pero los cárteles ya están sometidos a fuertes sanciones por parte del gobierno estadounidense, y designarlos como terroristas extranjeros no proporcionaría nuevas herramientas significativas para bloquear sus maniobras financieras, según exfuncionarios estadounidenses que han trabajado en estos asuntos.
Aunque las sanciones no son necesarias para que la CIA intensifique la recopilación de información, varios exfuncionarios dijeron que la designación era un importante paso simbólico que, con el tiempo, podría ir seguido de una ampliación de las operaciones del ejército o de las agencias de inteligencia estadounidenses.
El Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales del ejército estadounidense inició este mes un ejercicio de entrenamiento en México. El mayor Russell Gordon, portavoz del Primer Comando de Fuerzas Especiales, dijo que el entrenamiento con la Infantería de Marina mexicana estaba planeado de antemano y formaba parte de la “larga cooperación en materia de defensa entre Estados Unidos y México”.
Aún así, los exfuncionarios creen que es probable que el ejército y las agencias de inteligencia estadounidenses aumenten el entrenamiento con las autoridades mexicanas en los próximos meses.
Llevar a cabo un ataque aéreo contra laboratorios de fentanilo probablemente causaría víctimas mortales catastróficas, ya que a menudo se encuentran en el interior de viviendas en zonas urbanas, dijo una persona familiarizada con el programa, lo que probablemente contribuya a la reticencia a autorizar la fuerza letal.
También existe la posibilidad de violencia si el ejército o la policía mexicanos actúan contra el laboratorio.
Pero el objetivo de proporcionar información a las autoridades mexicanas no es matar a los miembros del cártel, sino inutilizar los laboratorios, según funcionarios estadounidenses informados sobre el programa.
Si la cooperación y el intercambio de información no conducen a la destrucción de los laboratorios, el gobierno de Trump ha señalado que está considerando medidas alternativas.
En una visita a la frontera suroeste este mes, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, no descartó llevar a cabo redadas transfronterizas para perseguir a los cárteles dentro de México.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, dijo Hegseth a los periodistas.
En la transición al nuevo gobierno de Trump, un exfuncionario de alto rango estadounidense dijo que los asesores entrantes habían dejado claro que planeaban utilizar todo el aparato antiterrorista estadounidense —aviones y satélites de vigilancia, analistas de inteligencia, así como personal estadounidense o contratistas militares— para perseguir a los cárteles dentro de México.
Sheinbaum, presidenta de México, ha sido interrogada por los periodistas sobre la ampliación de los vuelos militares en la frontera, después de que fueran detectados el 31 de enero.
La semana pasada, el secretario de Defensa mexicano, el general Ricardo Trevilla Trejo, declaró a los periodistas que el ejército no había recibido ninguna solicitud de Estados Unidos para volar en el espacio aéreo mexicano e insistió en que los vuelos de vigilancia no habían violado el derecho internacional, ya que sobrevolaban aguas internacionales.
Días más tarde, cuando se detectaron más vuelos de vigilancia a lo largo de la frontera, Sheinbaum dijo que los vuelos no eran nuevos, sugiriendo que habían tenido lugar bajo el mandato de Biden, pero no dio más detalles. Dijo que los vuelos formaban “parte del diálogo, de la coordinación que estamos haciendo”.
Trump ha anunciado a un antiguo oficial paramilitar de la CIA, Ronald Johnson, como su elección para el puesto de embajador en México. Antiguos funcionarios dijeron que creían que Johnson había sido elegido por su experiencia de trabajo tanto con la agencia de espionaje como con las fuerzas militares de Operaciones Especiales.
El presidente también anunció este mes que nombraría a Joe Kent, ex boina verde del ejército y exoficial paramilitar de la CIA, director del Centro Nacional de Contraterrorismo.
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