«La nueva izquierda»: Los candidatos al Congreso de EE.UU. que buscan desafiar el statu quo

Los neoyorquinos Mondaire Jones, Ritchie Torres y Jamaal Bowman representan a una nueva camada de jóvenes políticos progresistas que están dándole una renovación a su partido y buscan llevar sus ideas al Parlamento.

NUEVA YORK – Son jóvenes, negros, latinos, gays. Energizados por las multitudinarias manifestaciones contra el racismo en Estados Unidos, un grupo de políticos neoyorquinos de izquierda con fuertes chances de llegar al Congreso federal en noviembre aspira a cambiar el statu quo.

Si ganan en las elecciones generales del 3 de noviembre, como todo indica ya que acaban de ganar las primarias en sus distritos abrumadoramente demócratas, Mondaire Jones, de 33 años, y el afrolatino Ritchie Torres, de 32, se convertirán en los primeros representantes negros y abiertamente homosexuales del Congreso.

«No soy candidato al Congreso para hacer historia como su primer integrante negro, abiertamente gay. Pero no se me escapa el poder de la representación. Cuando crecía nunca imaginé que alguien como yo pudiera ser candidato al Congreso, y mucho menos ganar, porque nunca había ocurrido antes», dijo Mondaire Jones en una entrevista con la AFP.

A ellos se les une Jamaal Bowman, de 44 años, un director de escuela que es negro y heterosexual, y que como Jones y Torres acaba de ganar las primarias en su distrito tras vencer a Eliot Engel, de 73, que llevaba 16 mandatos en Washington DC y contaba con el apoyo de la élite demócrata de centro, incluida la ex presidenciable Hillary Clinton y la líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi.

«La nueva izquierda»

Jones, Bowman y Torres -que es concejal desde hace siete años y representa al South Bronx, uno de los distritos más pobre del país- forman parte de una ola de políticos de Nueva York que prueban éxito en las urnas contra el establishment de veteranos legisladores en funciones, en su mayoría blancos.

Siguen los pasos de la representante hispana Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), de 30 años, que en 2018 sorprendió a todos al arrebatar el cargo a un demócrata que llevaba 20 años en la Cámara baja.

«Esta es una victoria para la nueva izquierda, para el ala más abiertamente socialista del Partido Demócrata que hasta hace poco no existía realmente, y que ahora es una fuerza mayor», dijo a la AFP David Barker, experto en política estadounidense de la American University.

Bajo el ala de los senadores y ex presidenciables demócratas Bernie Sanders y Elizabeth Warren, estos jóvenes políticos quieren sacudir su partido y empujarlo más hacia la izquierda.

El Presidente Donald Trump, en tanto, asegura que el Partido Demócrata ha pasado a ser controlado por «una izquierda radical», y promete que los republicanos derrotarán en noviembre «a los marxistas, los anarquistas, los agitadores».

La pandemia de coronavirus, que subrayó las disparidades raciales en el sistema de salud al provocar más infecciones y muertes entre negros y latinos, y las protestas masivas tras la muerte de George Floyd, un afroamericano, a manos de un policía blanco en mayo, dieron más fuerza a sus candidaturas, apoyadas también por muchos votantes blancos.

Jones, por ejemplo, ganó en un distrito de mayoría blanca, donde solo un 10% de la población es negra.

Un Congreso polarizado

«Estamos viendo un cambio en el Partido Demócrata. Nuevas voces, voces diversas, que traen un sentido de urgencia sobre la crisis climática, la crisis de salud, la crisis de vivienda», dijo Jones, que como Torres y Bowman defiende la salud pública para todos en momentos en que más de 40 millones de estadounidenses han perdido su empleo a raíz de la pandemia.

Este abogado creció en la pobreza con sus abuelos limpiadores en los suburbios de Nueva York, pero a pesar de sus orígenes logró estudiar en Stanford y Harvard, y luego trabajó en el gobierno de Barack Obama.

Estima que muchos demócratas en Washington DC no luchan lo suficiente contra el actual Gobierno y «deben irse y ser reemplazados por gente que entienda lo que está en juego, especialmente bajo la presidencia de Trump, donde todo parece ser una amenaza existencial».

Además de luchar por la justicia racial, Jones y Torres prometen defender en Washington causas esenciales para la comunidad LGBTI, como la falta de acceso a vivienda.

«Sus voces harán una tremenda diferencia en el Congreso», dijo a la AFP Elliot Imse, del Victory Institute, que aboga por la incorporación de más personas LGBTI en cargos electos en Estados Unidos.

La representación demócrata en el Congreso «se ha tornado mucho más diversa en género, raza y religión», especialmente en los últimos cuatro años, aseguró Barker. «Pero lo opuesto sucede en el lado republicano, que es cada vez más blanco, más masculino (…) más cristiano», señaló.

Actualmente, solo dos senadores estadounidenses de un total de 100 y siete representantes de un total de 435 se declaran miembros de la comunidad LGBTI.

Solo un 0,17% de todos los cargos políticos electos del país están ocupados por personas abiertamente LGBTI, aunque éstas constituyen un 4,5% de la población, según el Victory Institute.

«Ciertamente tenemos un largo camino por recorrer», dijo Imse.

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