La Reserva Federal responde al coronavirus con una rebaja por sorpresa de los tipos de interés
El banco central estadounidense sigue la estela de Australia y se convierte en el primer gran instituto emisor del mundo en actuar. La tasa de referencia baja en medio punto porcentual.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, durante su conferencia de prensa sobre el impacto del coronavirus en la economía, este miércoles en Washington.
WASHINGTON – La Reserva Federal lidera la reacción de política monetaria ante la amenaza económica del coronavirus. Y lo hace por sorpresa: dos semanas antes de que tocase reunir de nuevo a su consejo, el banco central estadounidense se ha convertido este martes en el primer gran instituto emisor del mundo en dar el paso para contener los daños económicos derivados de la expansión de la crisis sanitaria global, siguiendo la estela de Australia. Tras la rebaja, no menor —medio punto—, la tasa primaria queda en un rango de entre 1% y 1,25%, frente al 1,5%-1,75% actual. En la mente de los economistas subyace, sin embargo, una duda: al tratarse, fundamentalmente, de un shock de oferta, ¿será efectiva la política monetaria? La respuesta habitual es no. O, al menos, no tanto como cabría esperar de una rebaja tan gruesa como la anunciada este martes.
Ante la avalancha de malos augurios económicos por la epidemia, la Reserva Federal ha actuado con contundencia, más de lo que esperaba la mayoría de analistas. Votado por unanimidad, se trata del primer recorte que se produce entre reuniones agendadas desde 2008. La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal, encargado de dictar la política monetaria, estaba prevista para el 17 y el 18 de marzo.
Es, además, el recorte más pronunciado desde la crisis financiera: desde octubre de 2008 la Fed apenas había realizado bajadas de un cuarto de punto. Y a diferencia de entonces, cuando actuó en respuesta al hundimiento de los mercados tras el colapso de Lehman Brothers, ahora realiza un movimiento preventivo, sin esperar a que se materialice del todo la potencial caída.
En un primer momento, la medida fue acogida con fuertes subidas en Wall Street, que ya habían repuntado anticipándose al movimiento de la autoridad monetaria. La alegría duró poco: en los principales índices estadounidenses volvían a imponerse los números rojos, los mismos que sacudieron las principales plazas mundiales la pasada semana con una fuerza no vista desde la Gran Recesión de 2008.
“El coronavirus plantea riesgos crecientes para la actividad económica”, dice en un comunicado la Fed, que asegura que está “monitorizando de cerca los desarrollos y sus implicaciones para las perspectivas económicas” y que utilizará sus “herramientas” y actuará “de manera apropiada para apoyar la economía”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, había instado a la Reserva Federal a llevar a cabo un “recorte grande” de los tipos para compensar la ralentización económica. “El Banco Central de Australia bajó los tipos de interés y aseguró que probablemente los reduzca aún más para compensar la situación y el frenazo provocado por el coronavirus de China (…) Otros países están haciendo lo mismo, si no más”, había afirmado desde su cuenta de Twitter este mismo martes, antes de conocerse la decisión de la Fed.
El virus ha sido el último argumento del mandatario en su ya larga ofensiva contra la Fed y su presidente, Jerome Powell, nombrado por él mismo en 2018. Pero a nadie se le escapa que en año electoral Donald Trump busca, por encima de todo, evitar cualquier flaqueza de la economía. “Nuestra Reserva Federal nos tiene pagando tasas más altas que muchos otros, cuando deberíamos estar pagando menos. Es duro para nuestros exportadores y pone a EEUU en una desventaja competitiva. Tiene que ser al revés. Debería relajar y llevar a cabo un recorte grande”, ha agregado el republicano.
En Estados Unidos ya se han registrado seis muertes y más de un centenar de contagios, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El impacto económico de la expansión del coronavirus se ha hecho notar especialmente en las aerolíneas y las empresas turísticas, debido al descenso en los desplazamientos de personas. Pero también en las petroleras y los bancos.
Los esfuerzos por contener la expansión del coronavirus en China, donde cerca de 3.000 personas han fallecido desde el inicio de la crisis a finales de 2019, han llevado a importantes caídas en la producción. China sigue concentrando la gran mayoría de los casos registrados, pero la epidemia se extiende ya por más de 65 países y afecta a cerca de 90.000 personas en todo el mundo.
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