Las claves para entender por qué Costa Rica es el país con la menor tasa de letalidad de Latinoamérica

A dos meses de registrarse su primer caso , la nación centroamericana ha pasado a ser la más exitosa en la región en cuanto a sus fórmulas de contención del virus, que han sido apoyadas por la disciplina de sus ciudadanos y su sólido sistema de salud.

SAN JOSÉ – En medio de la pandemia de coronavirus, mientras varios países americanos luchan por la compra de ventiladores mecánicos o insumos médicos y en otros las morgues y los cementerios no dan abasto, Costa Rica sobresale con sus registros: al día de hoy tiene solo 16 pacientes hospitalizados por el virus y se mantiene como la nación con la tasa de letalidad más baja en Latinoamérica.

Definitivamente, el caos no ha llegado a ese país y las cifras no han subido de forma exponencial, algo que, según expertos, obedece al sólido sistema de salud pública universal que posee y la disciplina de los ciudadanos que, desde que llegó el covid-19 hace dos meses, han acatado las medidas tomadas por el Gobierno.

Según cifras de la Universidad Johns Hopkins, Costa Rica registra hasta este martes 742 casos de covid-19 positivos y seis fallecidos producto del brote epidémico, lo que lo posiciona en el centésimo lugar planetario respecto a número de contagiados. La tasa de letalidad del país ha sido una de las cifras que más ha sorprendido a los expertos: se mantiene en 0,8% y es la más baja de la región, superando a Chile que tiene la segunda más baja (1,25%), según cálculos de Emol.

¿Cómo llegó Costa Rica a estar en el lugar que se encuentra hoy?

La mezcla perfecta: sólido sistema de salud, contención y sentido de responsabilidad

Desde que Costa Rica alcanzó su peak de contagios el pasado 9 de abril –cuando se registró un récord de 37 nuevos casos- la curva no ha hecho más que aplanarse hasta el día de hoy. Los últimos siete días ha registrado en total 45 casos nuevos, y el lunes solo se reportaron tres, un avance que, según los expertos, ha demostrado que las medidas tomadas, más el respeto de sus ciudadanos por estas y el sistema de salud, han sido una mezcla más que efectiva.

Cada vez que se confirma un nuevo caso de coronavirus en Costa Rica –independiente de las condiciones en las que se encuentre el contagiado- trabajadores sanitarios de los Equipos Básicos de Atención Integral de la Salud (Ebais) visitan al enfermo a su hogar para controlarlo, y luego se mantienen en contacto permanente con la familia a través de WhatsApp.

Este sistema ha sido la forma de respuesta a la pandemia que ha tenido el país centroamericano y, según los expertos, esta es la pieza clave que ha permitido que la nación mantenga una baja tasa de letalidad en comparación a otras de América Latina, reportó BBC Mundo. La «universalidad» del sistema de salud garantiza que las personas tengan acceso gratuito a los test de coronavirus.

Hasta este martes, el sistema de salud costarricense solo reporta 16 pacientes hospitalizados por el covid-19– ocho personas en cuidados intensivos-, 400 casos activos y 320 recuperados, lo que ha hecho que se encuentren disponibles a la fecha más de un centenar de camas solo para pacientes del virus, según cifras del Ministerio de Salud.

El sistema de salud del país, que tiene cinco millones de habitantes, cuenta con 1.000 clínicas del Ebais y 29 hospitales que tienen 400 ventiladores disponibles, mientras que el Gobierno ya anunció la llegada de 300 más.

Cabe destacar que Costa Rica invierte el 6% de su PIB en Salud, lo que lo deja como uno de los pocos países de América que le dedica tantos recursos, a la altura de EE.UU, Canadá, Cuba y Uruguay.

«Nosotros no gastamos en ejército, pero sí gastamos mucho en salud, en seguridad social y en educación, y eso ha sido muy importante», expuso el doctor Luis Villalobos, experto en salud pública de Costa Rica.

Según el ministro de Salud, Daniel Salas, la red que tiene el sistema de salud ha permitido dar seguimiento diario a los pacientes infectados y ha evitado que el país tenga transmisión comunitaria del virus, ya que casi la totalidad de los casos tienen un nexo epidemiológico identificado, informó Clarín.

«Hay hipótesis que se deben comprobar y se debe ver lo que pasará en las semanas siguientes, pero sí creo que un acierto ha sido el seguimiento estricto a los casos para ver las cadenas de transmisión», dijo a Reuters la infectóloga María Luisa Ávila, ex ministra de Salud de ese país.

El respeto por las medidas

Además de los factores ya explicados, el Gobierno de Costa Rica también ha destacado el rol fundamental de sus habitantes en el cumplimiento de las medidas, lo que ha ayudado a mantener cifras bajas.

«Nuestra mejor vacuna contra el covid-19 es tener una población disciplinada y educada, y un sistema de salud bastante consolidado», destacó el doctor Villalobos.

A pesar de que Costa Rica no ha establecido una cuarentena total, el Gobierno restringió la circulación de automóviles, cerró bares, clubes nocturnos, cines, gimnasios y redujo la operación de restaurantes, tiendas y los pequeños negocios. Situación que, debido al descenso de la curva, ha cambiado los últimos días ya que el Ejecutivo ha optado por reabrir ciertos servicios y lugares de ocio esta semana.

Un estudio hecho por Google, que se basó en la geolocalización de los teléfonos móviles, demostró que las visitas a comercios y espacios públicos en ese país se redujeron un 84%, y las de playas o centros recreativos, un 82%.

«La respuesta en general de la población ha sido satisfactoria. Han entendido el momento histórico que estamos viviendo», expresó el ministro de Salud hace unos días.

Salas ha aplaudido en repetidas ocasiones el actuar de los costarricenses frente a la pandemia por acatar, en su gran mayoría, las medidas de prevención, restricción, distanciamiento social e higiene.

Desde el 18 de abril y hasta el 15 de mayo, el país mantiene suspendido el ingreso de extranjeros a su territorio, además tiene prohibido todos los eventos masivos hasta septiembre y las clases hasta nuevo aviso, detalló América Economía.

Caminando sobre «cáscaras de huevo»

Pero no todo es color de rosa para Costa Rica. En el enfrentamiento de la pandemia, el país ha tenido tres puntos críticos en su gestión: el número de test realizados, fronteras con países que están sufriendo las graves consecuencias del virus y la pérdida del turismo, una de las fuentes de su economía.

La oposición ha pedido que se hagan más pruebas masivas a la población, ya que se realizan aproximadamente 250 cada 100 mil habitantes, lo que posiciona al país en la media de América Latina.

Por otro lado, Costa Rica colinda con Panamá y Nicaragua, dos países a los que les ha costado enfrentarse al virus, lo que podría suponer un riesgo para la sólida estrategia sanitaria costarricense. Panamá tiene un gran número de casos reportados y fallecidos (7.387 / 203), mientras que Nicaragua ha sido fuertemente criticada por sus laxas medidas ante el coronavirus.

De hecho, el constante movimiento nicaragüense (8% de la población de Costa Rica), preocupa a las autoridades locales por lo que mantienen cerrados sus ingresos y han reforzado la vigilancia policial en las fronteras, por donde entraban cada semana centenares de personas de forma ilegal. Además, el Gobierno no descarta tomar acciones internacionales y pedir a la OMS que supervise las decisiones tomadas por la administración de Daniel Ortega ante la crisis.

El último de los grandes problemas a los que se enfrenta la nación es el duro golpe al sector turístico que significó el cierre de las fronteras para extranjeros, ya que este es uno de los motores de su economía. Se proyecta que tenga una caída del 27% para 2020.

La importancia del turismo para el país también quedó de manifiesto la semana pasada cuando un análisis del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló la preparación de cada país al momento de combatir el covid-19 desde múltiples aristas. El investigador del PNUD Matias Cociña, reveló sobre esto a Emol: «Como se eliminó el turismo casi a cero, es determinante. En Costa Rica, por ejemplo, es casi un 10% del PIB, que se corta de un día para otro, por eso son indicadores de exposición inmediata».

Por lo que el ministro de Salud de Costa Rica no canta victoria y se muestra cauto respecto a lo que pueda pasar en un futuro cercano. «La mayoría de la población, por el corto tiempo de la presencia del virus en nuestro país, no se ha visto expuesta, no se ha infectado. Podemos tener un aumento de casos, cadenas de transmisión, de manera intensa, en poco tiempo», expresó.

Para él, la situación es clara: el país aún se encuentra caminando sobre un «piso de cáscaras de huevo, muy frágil».

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