Las incógnitas que quedan tras el trágico accidente de la leyenda del básquetbol Kobe Bryant

Expertos se encuentran analizando la escena del suceso para esclarecer qué pudo haber ocurrido. Mientras que algunos cuestionan la decisión de volar del piloto del helicóptero, a pesar de las complejas condiciones climáticas que existían en ese momento.

LOS ÁNGELES – Una de las grandes interrogantes acerca del accidente que acabó con la vida de la estrella del básquetbol Kobe Bryant (41), su hija Gianna (13) y otros siete pasajeros el pasado domingo, es el motivo por el cual el helicóptero Sikorsky S-79, propiedad del deportista y piloteado por un experimentado aviador, Ara Zobayan (50) se precipitó contra una colina.

En la aeronave se encontraban además, Alyssa Altobelli, compañera y amiga de la hija de Bryan, quienes normalmente viajaba a las prácticas que se realizaban en Mamba Academy, propiedad del ex basquetbolista.

Según informaron medios norteamericanos, las jóvenes se dirigían a jugar un partido. En el traslado también estaban los padres de Alyssa, Keri y John Altobelli, quién era entrenador del equipo de béisbol en Orange Coast College.

Junto a ellos viajaba Christina Mauser, entrenadora en Mamba Academy y la madre e hija Sarah y Payton Chester.

Cabe destacar que el piloto del helicóptero, Ara Zobayan, contaba con varios años de experiencia y un historial limpio de accidentes. Zobayan volaba con permiso de licencia lo que significa que fue entrenado con las herramientas de seguridad y navegación necesarias para volar con malas condiciones de tiempo.

Uno de los datos poco conocidos acerca de Kobe y lo ocurrido en el accidente es que -según publicó la revista People- Bryant y su esposa tenían un pacto: nunca volar juntos en helicóptero.

El matrimonio que usaba frecuentemente ese medio de transporte tomó la decisión a modo de precaución para evitar una tragedia familiar mayor.

Complejas condiciones meteorológicas

La nave, que venía desde Orange Country hasta Thousand Oaks, Los Ángeles (California), se trasladaba bajo complicadas condiciones climáticas producto de una densa niebla. P

ese a la espesa niebla que en esos momentos existía en la localidad de Calabasas, la autorización SVFR (Special Visual Flight Rules), permitió que el piloto volara en condiciones climáticas peores a las permitidas por las reglas de vuelo visual estándar VFR (Visual Flight Rules).

La aeronave partió del aeropuerto John Wayne a las 09:06 am del domingo hora local, según el registro de vuelo. Y, a eso de las 9:47 am la torre de control perdió contacto por radio con el piloto. Poco antes de las 10:00 am, el aparato se estrelló en una zona montañosa de Las Virgenes Road en Calabasas, al noroeste de Los Ángeles.

Dudas acerca del helicóptero

«Es un caballo de batalla», dijo el analista de aviación Miles O’Brien, haciendo referencia al Sikorsky S-76, construido en 1991. «Es el Lincoln Town Car volador para ejecutivos. En esto se basa la aviación corporativa de helicópteros, en este Sikorsky», comentó el experto. Además agregó «es bimotor, es confiable, es seguro, es capaz».

Por su parte, Philippe Lesourd, un experimentado piloto de helicóptero e instructor que ha volado en California por 29 años, manifestó a AFP que la explicación más probable es que el piloto sufriera una «desorientación espacial» al perder la visual del suelo al entrar en las nubes, producto de la densa neblina.

«Un helicóptero es inestable, no es como un automóvil o un avión. Constantemente hay que controlar activamente su altitud», expresó. «Cuando estás en las nubes, tu cerebro no reconoce qué es arriba y qué es abajo», añadió Lesourd.

Varios testigos presenciales aseguran que momentos antes del accidente se escuchó cómo el motor del helicóptero emitía unos sonidos extraños, y que después, se precipitó al vacío desde una altura aproximada de 100 metros.

Investigación en curso

Jennifer Homendy, miembro de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que se dedica a la investigación de accidentes de aviación civil,informó que los investigadores permanecerán el resto de la semana recolectando pruebas en el lugar del hecho.

«La escena del accidente es bastante devastadora», señaló, agregando que los restos de la aeronave están esparcidos a lo largo de unos 180 metros.

«Estaremos aquí unos cinco días en la escena para recoger las pruebas perecederas», añadió. «No estamos aquí para determinar la causa del accidente, no la determinaremos en la propia escena».

Homendy indicó además que el helicóptero no tenía caja negra, lo que no es un requerimiento para este tipo de aeronave.

Asimismo, precisó que el piloto hizo un requerimiento especial para volar por debajo del mínimo de 1.000 pies de las reglas de vuelo visual (VFR), que fue concedido, y que antes de estrellarse manifestó que subiría para evitar una capa de nubes. Fue el último contacto que hizo, volando a 2.300 pies.

«La pregunta sobre si el piloto debía estar volando en esa neblina, es parte de nuestra investigación», añadió Homendy.

El Departamento de Policía de Los Ángeles afirmó que durante la mañana del domingo decidió dejar en tierra los helicópteros con los que suele realizar tareas de vigilancia debido a las condiciones climatológicas. La niebla «era suficiente como para no volar», declaró a varios medios estadounidenses el vocero de la policía local, Josh Rubenstein.

El vuelo duró 39 minutos, atravesó Fountain Valley, Westminster, Cerritos, Downey y el centro de Los Ángeles hasta llegar a Glendale. Ahí, el helicóptero sobrevoló la zona en círculos durante más de 10 minutos hasta que, por razones que aún se investigan, no pudo continuar con su trayecto.

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