ONU retoma negociaciones para tratado de conservación de la altamar: Cuáles son los puntos clave a discutir

Aunque aún quedan muchos puntos por resolver, el acuerdo apunta a cuidar el 60% del mar de los océanos -y los organismos que los habitan- que no están sujetos a soberanía de ningún país.

NACIONES UNIDAS – Con la conservación del 60% de océanos y mares del mundo en juego, este 20 de febrero se reanudan las negociaciones sobre un tratado de la ONU para proteger la altamar, vastas zonas del planeta que no pertenecen a nadie.

Estos son algunos de los puntos clave que se deben discutir.

¿Cuál es el origen de la idea de discutir un tratado y con qué objetivos?

• Ocurre en virtud de un mandato acordado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017, tras más de 10 años de conversaciones.

• El tratado tiene por objeto establecer la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en zonas que no están bajo el control de ninguna nación.

• El área en cuestión abarca más del 60% de los océanos del mundo.

• Según un borrador, el tratado se aplicará a la altamar, la parte de los océanos situada fuera de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de los países, que llegan hasta 200 millas náuticas (370 kilómetros) de las costas, así como a los fondos marinos y al subsuelo.

• Esto permitiría, en principio, aplicar medidas a las actividades mineras y pesqueras.

¿Entre quiénes se divide la responsabilidad?

• La próxima Conferencia de las Partes (COP) tendrá que lidiar con organizaciones regionales e internacionales que ejercen su influencia sobre partes de los océanos.

• Entre ellas destacan las organizaciones regionales de pesca y la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, que entrega licencias para explorar los recursos mineros submarinos y posiblemente para explotarlos en zonas limitadas.

¿Qué es lo que se discute acerca de zonas marinas protegidas?

• Una «herramienta» clave que se está debatiendo es la creación de zonas marinas protegidas, que ahora existen principalmente en aguas territoriales.

• Dependiendo de lo que propongan los Estados miembros, la COP crearía estos santuarios en zonas con atributos ecológicos vulnerables y únicos donde las especies estén en peligro.

• Queda por resolver la cuestión crucial de cómo se decidirán exactamente estas zonas.

• Al igual que en otras COP, como la enfocada en cuestiones climáticas, las decisiones suelen tomarse por consenso.

• El borrador del tratado de la altamar permite crear zonas protegidas por mayoría de votos, lo que impide que un solo país o un pequeño grupo de naciones bloquee la voluntad de la mayoría.

• El tratado no especifica cómo se aplicarán las medidas de protección en las vastas y remotas zonas oceánicas. Algunos expertos afirman que podrían utilizarse satélites para detectar infracciones.

• Según el borrador, cada Estado será responsable de las actividades sobre las que tenga jurisdicción, incluso en aguas internacionales.

¿Cómo se repartirían los recursos marinos con fines de investigación?

• En la altamar, los países y las entidades bajo su jurisdicción podrán recolectar materia animal, vegetal o microbiana cuyo material genético pueda resultar útil, incluso comercialmente. Por ejemplo, las empresas farmacéuticas que esperan descubrir moléculas marinas con propiedades curativas.

• Para proporcionar una parte de la riqueza marina a los países que no puedan llevar a cabo investigaciones costosas, el tratado prevería el reparto de los beneficios.

• Sin embargo, la forma exacta en que esto funcionaría sigue siendo la manzana de la discordia entre las naciones ricas y las más pobres.

• El borrador sugiere una redistribución inicial del 2% (que podría llegar al 8%) de las ventas futuras de productos basados en los recursos genéticos de los océanos. Pero aún no se ha llegado a ningún acuerdo.

• En términos más generales, el proyecto aboga por la transferencia de tecnologías marinas a los países en desarrollo y el refuerzo de sus capacidades de investigación.

• También establecería una «plataforma de acceso abierto» para compartir información.

¿Cómo evaluará el impacto ambiental en estas zonas?

• El tratado exigirá a los signatarios que evalúen el impacto ambiental de las actividades previstas antes de ser autorizadas, pero la forma exacta de hacerlo no está nada clara.

• Para los grupos no gubernamentales, esto será un factor determinante de la solidez del tratado final.

• Entre las dudas aún no resueltas están: ¿Qué actividades tendrían que evaluarse, sólo las de la altamar o también las de aguas nacionales que pudieran afectar a la altamar? ¿Las evaluaciones se realizarían sistemáticamente o sólo cuando se prevea un impacto importante? ¿Y quién decidiría si una actividad puede ser autorizada, la COP o el país con autoridad sobre la entidad que espera llevar a cabo la actividad?

¿Cuántos países deben apoyar el tratado para estar vigente?

• Los defensores de los océanos insisten en que, para ser eficaz, el tratado debe ser «universal», apoyado por el mayor número posible de países.

• Sin embargo, podría entrar en vigor cuando lo hayan ratificado 30 o 60 países, un número aún por decidir.

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