Pedido de Trump de ayuda de $2,000 se atasca en el Senado
WASHINGTON – La petición del presidente, Donald Trump, para aumentar de $600 a $2,000 los pagos directos a ciudadanos se ha atascado en el Senado y tiene pocas perspectivas de prosperar por la división que la propuesta ha generado en su propio partido.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, cerró este miércoles la puerta a la propuesta de Trump que había sido apoyada por los demócratas, quienes llevan meses presionando para incrementar el monto de los cheques que recibirán los estadounidenses para mitigar el impacto de la pandemia.
En un discurso desde el Senado, McConnell anunció que la propuesta para ampliar dichos cheques no “tiene un camino realista para ser aprobada en el Senado”, dominado por los republicanos.
Con un nuevo Congreso que tomará posesión el 3 de enero, McConnell sugirió que la iniciativa simplemente expirará, a pesar de que ya había sido aprobada por la Cámara Baja, de mayoría demócrata.
Hace más de una semana, las dos cámaras del Congreso aprobaron un paquete de estímulo de $900,000 millones destinado a paliar el deterioro de la economía debido a la pandemia y que incluía pagos directos de $600 a todos los estadounidenses con una renta anual menor a $75,000.
Durante cinco días, Trump se resistió a ratificar el paquete de estímulo, aunque el domingo por la noche dio marcha atrás y accedió a firmarlo con la condición de que se incrementara a $2,000 la ayuda para los estadounidenses.
LA TRAMPA DE MCCONNELL A LOS DEMÓCRATAS
Enseguida, los demócratas recogieron el guante y el lunes aprobaron ese aumento en la Cámara de Representantes; pero, el martes, McConnell contraatacó y delineó su estrategia basada en su poder, como líder del Senado, de decidir qué iniciativas se someten o no a voto.
Específicamente, el republicano ligó el proyecto legislativo para aumentar los pagos a los ciudadanos con otra iniciativa para acabar con la llamada “Sección 230”, que protege a los gigantes de internet como Twitter y Facebook de cualquier consecuencia legal por lo que terceras partes publican en sus sitios web.
Además, incluyó en ese paquete otra ley para crear una comisión que estudie las elecciones del 3 de noviembre, en las que ganó el demócrata Joe Biden, que tomará posesión el 20 de enero, pero cuya victoria no reconoce Trump al alegar, sin pruebas, que hubo fraude.
Al vincular esas iniciativas, McConnell tendió a los demócratas una trampa y, en la práctica, el miércoles sepultó la iniciativa.
“El Senado —afirmó McConnell— no se dejará intimidar para que se entregue más dinero prestado a los amigos ricos de los demócratas que no necesitan ayuda”.
En su discurso, McConnell hizo varias alusiones a las ideas de disciplina fiscal y control del gasto público que históricamente formaron parte de la esencia del Partido Republicano hasta la llegada de Trump, que promovió mayores inversiones por parte del Gobierno.
El Partido Republicano se enfrenta al desafío de definir su identidad una vez que el mandatario deje la Casa Blanca el 20 de enero y algunos de sus miembros están apostando por volver a esas ideas de disciplina fiscal.
Además, en las negociaciones sobre los cheques directos a los ciudadanos, tanto demócratas como republicanos han intentado sacar rédito político de cara a los comicios del 5 de enero en Georgia.
Ese día, Georgia celebra elecciones para elegir a quienes ocuparan los dos asientos que corresponden a ese estado en el Senado federal, algo que servirá para decidir qué partido tiene la mayoría en esa cámara.
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