¿Podrá el David de México vencer al Goliat inglés? Las pulgadas van por Smith, todo lo demás al Canelo

SAN ANTONIO – Lo peor sería la duda, lo triste la incertidumbre. El combate entre Saúl “Canelo’‘ Alvarez y Callum Smith no puede ser más legítimo. Aparece como un raro regalo a los aficionados del boxeo: dos hombres en su mejor momento, con argumentos encima del ring y con diferencias en estilos y dimensiones que hacen de este encuentro algo digno de ver.

Para algunos, Canelo está en lo más alto o al menos entre los cinco mejores de la lista libra por libra. La mayoría considera a Smith el sobresaliente del grupo elite de la categoría súper mediana. El ganador aquí puede proclamarse el más grande del momento.

Basta ver las fotos del cara a cara, las imágenes que llegan desde San Antonio para advertir a Smith como un Goliat, predominante con sus ocho pulgadas de alcance y sus siete de estatura por encima del David de México. A simple visto pareciera que Alvarez iría a un matadero.

Pero las apariencias pudieran engañar. A pesar de sus legiones de detractores, Alvarez es uno de los más completos púgiles de su generación y su plan tendrá para ganar la batalla de la distancia y, con esos ganchos de terror, destruir el cuerpo del británico.

Si John Ryder, un guerrero menos, lo pudo hacer, ¿por qué no lo haría un superior Alvarez? De igual manera, el tapatío ya hizo algo similar con un hombre más alto y más fuerte como Sergey Kovalev y le aguantó 24 rounds a un pegador de miedo al estilo de Gennady Golovkin.

Smith, por su parte, dice haber aprendido de aquella mala noche y que ahora no permitirá entradas ni cometerá errores. A diferencia de Kovalev, el ijnglés se encuentra en su “prime’‘ y posee más resistencia que el ruso.Deberá proteger su cuerpo al máximo y para eso cuenta con su mano larga convertida en un jab educado y constante.

Además del jab al cuerpo, Smith tampoco podrá venir adelante de manera impetuosa, porque Alvarez es uno de los mejores en el contragolpe, un oportunista del dolor que usa muy bien las fintas para proponer trampas a sus rivales antes de castigarles.

De modo que esta batalla se antoja como un tablero de ajedrez. Habrá impactos de poder, sangre, sudor y lágrimas, pero también estrategia y adaptaciones sobre la marcha. Quien posee al mejor plan, apoyado por una voluntad de acero, verá su mano levantada.

Sin embargo, en cada pelea cerrada de Canelo existe la duda. En cada round apretado se teme en los jueces beneficien al mexicano, como ha sucedido en ocasiones. Esto no es una crítica al mexicano. Una cosa es su actuación -su progreso es ostensible- encima del ring, otra las decisiones al estilo GGG primer parte.

Así que todo está listo para una excelente travesía de 12 asaltos.Ojalá que el destino final, sea cual sea, venga de la mano de la justicia. Pocas veces el boxeo nos ofrece algo como este choque con dos hombres en el punto más alto de sus talentos. Aquí esa frase manida de “que gane el mejor’‘ debe seguirse al pie de la letra.