Policía de Perú niega uso de perdigones y detenciones arbitrarias en protestas

Los uniformados se refirieron a la muerte de dos personas el fin de semana. Además, negaron que haya desaparecidos.

LIMA – La Policía Nacional de Perú negó este martes haber utilizado perdigones de plomo contra los manifestantes o que haya realizado detenciones arbitrarias durante la marcha del sábado pasado en Lima, que derivó en la muerte de dos jóvenes y más de un centenar de heridos.

En una rueda de prensa, el jefe de la séptima región policial de Lima, general Víctor Zanabria, manifestó que «se ha dicho que ha habido brutalidad policial, y ya hemos demostrado que no hay detenciones arbitrarias ni desapariciones».

Durante las horas posteriores a la manifestación, diversas instituciones civiles, entre ellas la Defensoría del Pueblo, denunciaron más de 40 desaparecidos, pero la cifra se redujo a dos personas el lunes.

«No puedo adelantar criterios, todas las hipótesis son válidas», indicó Zanabria al ser consultado sobre esos casos. Además, el jefe policial en Lima añadió que «no podemos generalizar a toda la Policía por un hecho aislado».

Las protestas, que se extendieron durante toda la semana tras la destitución de Martín Vizcarra y la asunción de Manuel Merino a la presidencia, fueron reflejo de la indignación de la ciudadanía ante la clase política, e incluso acusaron falta de democracia en la decisión del Congreso.

Tras la muerte de dos estudiantes el sábado, los ministros de Merino renunciaron, mientras que el ex mandatario, a cinco días de asumir el cargo, renunció el domingo.

Este martes Francisco Sagasti juramentará en horas de la tarde como el nuevo Presidente interino de Perú, luego de que el Congreso lo votara con 97 votos a favor y 26 en contra la tarde de ayer.

Uso de perdigones

En un comunicado oficial difundido el lunes, la Policía Nacional informó que «los efectivos solo emplearon perdigones de goma no letales, establecidos para este tipo de procedimientos, tanto en la movilización del jueves 12 y del sábado 14 de noviembre».

Zanabria mostró las armas y municiones que utiliza la Policía, y afirmó que solo se usaron cartuchos con carga no letal. «

Como ven estos colores son específicos para no letales y no son muy accesibles en las tiendas de armas. Sin embargo, los proyectiles que tienen este cartucho, que tienen proyectiles metálicos, sí es de venta comercial y a ellos tienen acceso los ciudadanos porque son para caza», explicó la autoridad.

«La Policía no tiene ese cartucho, ni lo usamos», reiteró Zanabria, y explicó que desde 2004 esta institución no usa perdigones metálicos, sino los de goma que no son letales sino «disuasivos».

«El proyectil de goma no tiene poder para penetrar en la masa muscular, el poder de la penetración es mínimo. Este tipo de proyectil, mientras mayor distancia, no puede penetrar y mientras más cerca, tiene concentración», indicó.

Sin embargo, las autopsias de los cuerpo de los manifestantes fallecidos, Inti Sotelo y Jack Pintado, además de algunos heridos durante las movilizaciones, revelaron que habían recibido impactos de munición metálica.

Otros manifestantes también recibieron impactos de perdigones de vidrio.

Investigación por homicidio

A raíz de la violenta represión de la manifestación del sábado, la Fiscalía de la Nación ha abierto una investigación contra el renunciante presidente Manuel Merino, su ex primer ministro Ántero Flores-Aráoz y todas las autoridades que resulten responsables por los presuntos delitos de homicidio y lesiones graves, entre otros cargos.

Por su parte, el Ministerio de Salud informó que permanecen internadas 23 personas en siete hospitales de la capital peruana, a raíz de las lesiones provocadas en la manifestación del sábado pasado y que se encuentran en comunicación con sus familiares.

Un total de 201 personas fueron atendidas ese día en hospitales de Lima por distintos tipos de lesiones producidas durante la movilización social, indicó el ministerio.

Las redes sociales fueron el canal de denuncia de la mayoría de casos graves o de heridos que no podían ser identificados para poder llegar a las familias y brindar la asistencia requerida.