¿Por qué no hay un apoyo transversal de los demócratas a Kamala Harris?: Las dudas en torno a la candidata de Biden

El silencio de algunas figuras importantes del oficialismo estadounidense despertaron algunas interrogantes respecto al verdadero respaldo hacia la vicepresidenta al interior de la colectividad.

WASHINGTON – Tras la renuncia de Joe Biden de la carrera a la Casa Blanca, los ojos de todo el mundo se pusieron en su vicepresidenta, Kamala Harris, la elegida por el octogenario gobernante para sucederlo en las elecciones de noviembre y enfrentarse a Donald Trump. Y si bien la manifestación del Mandatario supone un respaldo valioso e importante, será el Partido Demócrata el encargado de designar a su abanderado.

Al respaldo inmediato de Biden a Harris, se sumaron las palabras de otras figuras connotadas del oficialismo estadounidense, como el ex Presidente Bill Clinton y la ex candidata y ex secretaria de Estado Hillary Clinton. No obstante, otros dirigentes importantes han guardado silencio, despertando las dudas sobre si hay o no un apoyo transversal a la vicepresidenta.

Todo esto, considerando la carrera contra el tiempo del Partido Demócrata, que debe tener su candidato confirmado antes de que inicie la Convención Nacional de la colectividad, el próximo 19 de agosto. Asimismo, la campaña debe comenzar lo más pronto posible, considerando que al frente está Donald Trump, que día a día suma más adeptos.

Con todo, tanto medios como especialistas coinciden en que Kamala Harris es la mejor perfilada para ser la candidata de los demócratas, pese a que genera algunos anticuerpos en su partido.

Reparos

Son varios los demócratas influyentes que prefirieron no mencionar a la vicepresidenta Harris en sus comunicados una vez conocida la renuncia de Biden, como los líderes del partido en el Congreso, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, y la ex timonel de la Cámara Baja, Nancy Pelosi.

A ellos se suma el ex presidente Barack Obama, quien solo se limitó a reconocer la labor de Biden en la Casa Blanca y pidió a su partido nominar a un «candidato extraordinario» para hacer frente a Donald Trump.

¿Qué hay detrás de este silencio? En diálogo con Emol, el director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, Alberto Rojas, recalca que «Kamala Harris no despierta un apoyo transversal dentro del Partido Demócrata», y eso se debería a que «proviene del ala más liberal del partido y muchos la ven como un referente dentro de estados como California, pero no es todo Estados Unidos. Mucho menos en los estados del centro-norte» del país.

Por su parte, John Pitney, analista político de Claremont McKenna, indicó a El Mercurio que si bien algunos de los puntos fuertes de Harris son su oratoria y juventud (tiene 59 años, 19 menos que Donald Trump), «entre sus debilidades está que a veces hace comentarios excéntricos cuando se aparta de los comentarios escritos. Como mujer liberal de San Francisco, no tiene una conexión natural con la América rural».

En tanto, el analista político James Campbell es lapidario con la vicepresidenta estadounidense: «Kamala es un desastre político. Fue una candidata débil para la nominación en 2020 y, por decirlo amablemente, se la considera una líder política poco seria»

«De manera menos amable y más sincera, estoy bastante seguro de que la mayoría de los observadores políticos serios ven a Harris y sus ensaladas de palabras como una broma de mal gusto. Ella está donde está debido a la política identitaria. Como vicepresidenta de Biden, se le asignó el tema de la inmigración y su desempeño en ese tema ha sido un gran inconveniente. Harris carga con el historial de Biden y, como indican las encuestas, una gran mayoría de votantes considera que el historial de Biden-Harris ha sido un fracaso. Los demócratas están en un gran problema: un verdadero desastre. Dejar a Biden no cambia mucho. Parecería sustituir un desastre por otro», recalcó.

Con todo, medios estadounidenses aseguran que, pese al silencio de varios dirigentes demócratas, esto no significa que al final de cuentas no terminen inclinándose por la candidatura presidencial de Kamala Harris.

Este sería el caso de Barack Obama. Según The New York Times, citando a fuentes de su círculo cercano, el ex mandatario decidió posicionarse «como un veterano estadista imparcial por encima de las internas del partido» y «no tenía ningún candidato alternativo en mente cuando tomó la decisión de no respaldar inmediatamente a Harris».

El medio recordó que el ex gobernante adoptó la misma postura hace cuatro años cuando el equipo de Biden lo presionaba para que le entregara su respaldo al inicio de las primarias demócratas, con el senador Bernie Sanders aún en carrera. Según el entorno de Obama, apoyar inmediatamente a Harris sería un error político, ya que alimentaría las críticas de que la nominación de la vicepresidenta sería más bien una coronación que dejaría de lado el consenso.

Es por eso que también hay voces demócratas que han llamado a una convención abierta, pese a apoyar a Harris. Sin ir más lejos, el diario The Washington Post aseguró en su editorial que «la decisión de Biden crea una oportunidad para un reinicio, no sólo para su partido, sino también para la política estadounidense en general a través de un proceso de nominación competitivo entre los futuros líderes nacionales».

«Barack Obama fue un candidato más fuerte en 2008, y tal vez incluso un mejor presidente, porque Hillary Clinton compitió ferozmente con él durante unas primarias maratónicas. Aunque este tipo de proceso de selección no se puede reproducir, hay tiempo para que los demócratas examinen a los contendientes para el primer puesto de la fórmula», añadió.

Desafíos y respaldos

Los analistas tienen claros los desafíos de la vicepresidenta estadounidense. De acuerdo con Robert Shapiro, Harris «tendrá que hacer frente a nuevos ataques de los republicanos como nunca antes había sido sometida. Estuvo involucrada en el tema de la inmigración y no pareció efectiva allí. Pero ha sido eficaz en materia de aborto y cuestiones de la mujer, lo que podría resultar muy útil».

«El gran desafío de Kamala Harris es lograr que el partido la respalde de manera oficial dentro de las próximas 72 horas, por ejemplo. Eso daría muestras de unidad y les permitiría evitar tener que esperar hasta la convención de agosto para zanjar el tema», aseguró por su parte Alberto Rojas.

Para el analista, «resulta clave elegir pronto a su candidato a vicepresidente, que debería provenir de algún ‘estado bisagra’, como Iowa, New Hampshire y Wisconsin. Eso le daría la posibilidad de tener un mayor respaldo a nivel electoral».

Para fortuna de Harris ya hay señales. Ya expresaron su apoyo al menos siete gobernadores, algunos de ellos considerados como potenciales contrincantes de la vicepresidenta: los de California, Michigan, Illinois, Minnesota, Wisconsin y Maryland.

También el de Kentucky, Andy Beshear, uno de los favoritos para convertirse en su compañero de fórmula.

Por otro lado, al menos 531 delegados demócratas ya confirmaron que votarán por Harris en la Convención Nacional que se celebrará en Chicago del 19 al 22 de agosto (se necesitan 1.986 delegados para conseguir la nominación).

Asimismo, según un recuento del diario Washington Post, entre los 263 senadores y legisladores demócratas y 23 gobernadores, un total de 179 han apoyado a Harris, frente a 107 que no lo han hecho por el momento.

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