MELBOURNE – Por primera vez en un torneo del Grand Slam, no habrá jueces de línea en ninguna de las canchas del torneo. El objetivo es reducir el personal que estará en las instalaciones, en medio de la pandemia de coronavirus.
Sólo jugadores, jueces de silla y niños recogebolas estarán en la cancha.
Tennis Australia, la entidad organizadora del certamen, anunció el miércoles el uso de tecnología para definir si la pelota salió de la cancha. Estos sistemas se basarán en voces grabadas y activadas por el movimiento, las cuales sancionarán fuera, falta o falta de pie en los encuentros que se realicen durante el torneo, del 8 al 21 de febrero.
La marcación se realizará con base en cámaras de rastreo a distancia que se emplazarán alrededor de la cancha y que enviarán una señal para emitir la señal mediante voz, prácticamente en forma simultánea.
El Abierto de Australia será el primer torneo de Grand Slam que introduzca tecnología de marcación electrónica en la línea y en directo sobre todas las canchas, incluidos los estadios principales, dijo Craig Tyley, director del torneo.
El nuevo sistema implicaría menos reclamos por parte de los jugadores y menos pérdida de tiempo para revisar las repeticiones en las pantallas gigantes de los estadios.
Mostrará automáticamente las decisiones apretadas en la pantalla gigante, con los tiros que pongan fin a los puntos, precisaron los organizadores del torneo en un comunicado distinto que fue recibido por The Associated Press. Esto, automáticamente abarcará las jugadas en que haya habido una distancia máxima de 150 milímetros en un disparo respecto de la línea durante un intercambio o de 50 milímetros en un saque.
Si un jugador solicita ver el tiro que puso fin a un punto y que no se muestra en forma animada y automática, podrá detenerse la acción si el juez de silla considera que puede revisarse la repetición. El partido no continuará sino hasta que el tiro se muestre en la pantalla gigante.
El año pasado, en el Abierto de Estados Unidos, Novak Djokovic fue descalificado durante su partido de la cuarta ronda, por propinar un pelotazo accidental a una jueza de línea. Durante ese torneo, se usó la tecnología para definir jugadas en las canchas perimetrales pero hubo jueces humanos en los estadios principales.