Trump asegura que está muy cerca de un “gran acuerdo” con China

El presidente Donald Trump durante un evento en la Casa Blanca. En vídeo, Trump descarga su ira contra la joven activista del clima Greta Thunberg en redes sociales.

Los negociadores estadounidenses ofrecen rebajar los aranceles existentes y cancelar el incremento previsto para el domingo.

NUEVA YORK – Estados Unidos ha llegado a un principio de acuerdo con China sobre los términos para cerrar la primera fase del pacto comercial, que estaría solo pendiente de ser aprobada por el presidente Donald Trump. La última oferta de los negociadores estadounidenses a Pekín incluye rebajar hasta un 50% los aranceles que aplican sobre importaciones chinas valoradas en 360.000 millones de dólares. La propuesta incluiría, además, cancelar el aumento de aranceles sobre el resto de las compras, por valor de 165.000 millones previsto para el domingo.

Esa nueva ronda de aranceles redoblaría la tensión entre las dos potencias al incluir en la escalada arancelaria el total de productos importados de China (525.000 millones de dólares). Si Pekín acepta la oferta adelantada por The Wall Street Journal y otros medios financieros, se evitaría que la guerra comercial alcanzase directamente al consumidor, ya que los nuevos aranceles se aplicarán sobre productos electrónicos como televisores y teléfonos móviles, entre otros. Todo en plena campaña de compras navideñas y en puertas de un año electoral.

El presidente de EE UU Donald Trump confirmó, poco después de la apertura de Wall Street, a través de Twitter que el pacto está “muy cerca” y que será un “gran acuerdo”. “Ellos lo quieren y nosotros también”, afirmó. Días atrás el presidente estadounidense dijo que estaba dispuesto a esperar hasta pasadas las elecciones, un comentario que provocó la caída de las bolsas. En los últimos meses, han sido numerosas las ocasiones en que Trump ha anunciado la proximidad de un acuerdo, que finalmente no se produjo.

Los índices del parqué neoyorquino iniciaron la sesión ligeramente en negativo. El mensaje de Trump cambió la tendencia y el rebote se consolidó con un alza del 1% cuando circuló la información con la oferta de EE UU. Los negociadores de los dos países tratan, entretanto, de recuperar el acuerdo tentativo que alcanzaron en octubre para cerrar la primera fase del pacto.

Incluso si el acuerdo es limitado, sería suficiente para prolongar la tregua comercial y evitar un deterioro definitivo en las relaciones entre las dos potencias. La incertidumbre, en todo caso, no se disipa porque en la segunda fase de la negociación se tendrán que abordar cuestiones más complejas y que implican cambios estructurales para China.

Arma de presión

El equipo del negociador estadounidense Robert Lighthizer presentó la oferta a Pekín la semana pasada. El representante de Comercio Internacional estuvo dedicado a cerrar los flecos del nuevo tratado comercial con Canadá y México, que se firmó el pasado martes. En una reunión con legisladores republicanos, el embajador dijo que el acuerdo era “inminente” aunque evitó entrar en detalles porque la última palabra la tiene Donald Trump.

El presidente se reunió después con sus asesores para repasar el estado de la negociación antes de la fecha límite del domingo. El gravamen, de aplicarse, sería del 15%. Trump utiliza los aranceles como arma de presión y no está dispuesto a renunciar a ella. La rebaja que plantea estaría condicionada a que China cumpla su parte del acuerdo. Si viola el pacto, los reimpondrá.

Los líderes empresariales también fueron recibidos este jueves por Donald Trump en el Despacho Oval. “Es un importante primer paso”, declaró el presidente de la Cámara de Comercio de EE UU, “pero hay que hacer más”. Graig Allen, desde el US-China Business Council, considera que el cierre de la primera fase de la negociación evita que la relación se deterior más.

Ya a comienzos de la semana trascendió que EE UU y China negocian para evitar que los nuevos aranceles entren en vigor el domingo. El argumento utilizado hasta ahora por Trump para evitar la escalada era que China debía hacer más que EE UU. El republicano celebró también los progresos en las discusiones, que acabaron derrumbándose tras declararse frustrado.

Pekín se comprometió en octubre a incrementar las compras de productos agrícolas hasta 50.000 millones anuales a cambio de que Washington empezara a retirar los aranceles. Ese volumen duplica las compras que hace Pekín en un buen año, por lo que la cifra que buscaban cerrar los negociadores chinos era más próxima a los 40.000 millones.

El campo, sin embargo, es un hervidero de votos de cara a 2020 y por eso el republicano se centró en la recta final en lograr el mayor número posible. Trump, en última instancia, busca un acuerdo amplio que abarque la propiedad intelectual y las transferencias de tecnología. El objetivo es rebajar el déficit comercial con China, algo que está sucediendo por los aranceles.

El acuerdo comercial con China es una de las prioridades de su mandato y si lo consigue será una gran victoria ante los comicios de 2020. Esta semana acaba de recibir el aprobado de los demócratas para que el Congreso proceda a la ratificación del nuevo tratado  con México y Canadá, que se espera sirva de plantilla para futuros acuerdos comerciales.

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